El Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, B’Tselem, pidió a la comunidad internacional que impidiera el traslado forzoso de las comunidades de Masafer Yatta, aprobado por el Tribunal Superior de Justicia de la Ocupación israelí.
B’Tselem afirmó en un comunicado: “Tras más de 20 años de procedimientos judiciales, el Tribunal Superior de Justicia de Israel dictaminó el 4 de mayo que el traslado forzoso de cientos de palestinos de sus hogares y la destrucción de sus comunidades -con el claro propósito de apoderarse de sus tierras al servicio de los intereses judíos- es legal. Los jueces han demostrado así, una vez más, que los ocupados no pueden esperar justicia del tribunal del ocupante”.
“La decisión, que entreteje una interpretación legal sin fundamento con hechos descontextualizados, deja claro que no hay crimen que los jueces del alto tribunal no encuentren la manera de legitimar”, añadió.
“Utilizando un lenguaje edulcorado, hipocresía y mentiras, los jueces cumplieron una vez más su papel en el régimen de supremacía judía de Israel y allanaron el camino para que se cometiera el delito de traslado forzoso, al tiempo que invirtieron la realidad: la sentencia presentó a las víctimas palestinas como los delincuentes “ilegales”, mientras que presentó al régimen de apartheid como la víctima”, subrayó.
B’Tselem hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que impida a Israel el traslado forzoso de las comunidades de Masafer Yatta y se asegure, en caso de que se cometa este delito, de que los responsables del mismo -incluidos los ministros del gobierno, los altos mandos militares y los jueces del tribunal supremo- rindan cuentas.
El miércoles pasado, el Tribunal Supremo israelí dictó una sentencia que allana el camino para la demolición de ocho pequeños pueblos de Masafer Yatta, situados en el extremo sur de la provincia de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
La medida del tribunal, que se considera una de las mayores expulsiones llevadas a cabo por la ocupación israelí en las últimas décadas, supone la confiscación de más de 35.000 dunam de tierra para consolidar la construcción de asentamientos coloniales en la región.
La zona ha sido objeto de repetidas violaciones de la ocupación israelí por parte de colonos y soldados contra su principal fuente de vida: el ganado. Estas violaciones incluyen la demolición de establos, casas y estructuras residenciales.
Fuente: Days of Palestine