Saadia Farajallah, de 68 años, murió el sábado por la mañana en la prisión israelí de Damon, informó la Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS) en un comunicado.
Según el PPS, Farajallah fue llevada a un tribunal militar el martes en una silla de ruedas y su abogado pidió que un médico la examinara porque era diabética y tenía la tensión alta. Sin embargo, el tribunal israelí no se pronunció al respecto, lo que llevó al PPS a afirmar que había muerto por negligencia médica.
El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, y el Ministerio de Asuntos Exteriores también responsabilizaron al gobierno israelí de su muerte, en dos declaraciones distintas.
Farajallah, madre de ocho hijos de la ciudad cisjordana de Idna, fue detenida por las fuerzas de ocupación israelíes en diciembre cuando se encontraba cerca de la mezquita de Ibrahimi en Hebrón (Al-Jalil), y ha estado detenida desde entonces.
Las circunstancias de su muerte siguen siendo desconocidas hasta este momento, dijo el PPS, añadiendo que un estado de indignación entre sus compañeros detenidos palestinos dominó las prisiones tras la noticia de su muerte.
El PPS añadió que los presos comenzaron a golpear las puertas de sus celdas para expresar su ira.
Farajallah es la palestina número 230 que muere mientras está encarcelada o detenida por Israel. Era una de las 29 presas políticas palestinas encarceladas en la prisión israelí de Damon, cerca de Haifa.