El primer ministro Mohammad Shtayyeh insto a la comunidad internacional a responsabilizar directamente a Israel, la potencia ocupante, de la peligrosa y sangrienta escalada en los territorios palestinos ocupados y del aumento de las graves violaciones de los derechos humanos de los palestinos.

Asimismo, pidió a  a la comunidad internacional y a la Unión Europea que vinculen las relaciones y los acuerdos de cooperación y asociación con Israel, como potencia ocupante, a la medida de su compromiso con el derecho internacional, las resoluciones de las Naciones Unidas y los principios de los derechos humanos.

“Cualquier avance en las relaciones entre la Unión Europea y el país ocupante, sin vincularlo al derecho internacional y a los derechos humanos, sería una recompensa inmerecida, y alentaría a Israel a persistir en sus políticas opresivas y racistas, y en las violaciones de los derechos humanos”, dijo el primer ministro.

El Primer Ministro también expresó su preocupación por las declaraciones de la nueva primera ministra británica, Liz Truss, y su compromiso por escrito, distribuido a los miembros de los Amigos de Israel del Partido Conservador, de reevaluar la ubicación de la Embajada británica en Israel con el fin de trasladarla de Tel Aviv a Jerusalén.

Subrayó que el estatus legal, político y religioso de Jerusalén no está sujeto a evaluación y que cualquier paso de este tipo se considerará una violación flagrante del derecho internacional y de la responsabilidad histórica de Gran Bretaña, el país que está detrás de la infame e ilegal Declaración Balfour, que causó y sigue siendo responsable de la tragedia del pueblo palestino.

Shtayyeh dijo que cualquier cambio en el statu quo de Jerusalén socavaría la solución de los dos Estados y se considerará un reconocimiento tácito de la anexión de la ciudad a Israel, lo que alentará al Estado ocupante y a los grupos de colonos extremistas a continuar los ataques contra el pueblo palestino y sus lugares sagrados cristianos e islámicos en Jerusalén, además de perjudicar las relaciones bilaterales con el Estado de Palestina y con el mundo árabe e islámico, y excluir a Gran Bretaña de cualquier esfuerzo internacional futuro para poner fin al conflicto palestino-israelí.

Fuente: WAFA