Un médico palestino identificado como Ahmad Mahajna fue despedido de su trabajo en un hospital israelí Hadassah por regalar dulces a un niño palestino herido bajo custodia policial israelí.
El médico cardiotorácico formaba parte del personal médico que celebró una fiesta en el hospital y dio refrescos de sobra a todos los pacientes del hospital. Entre los pacientes estaba el palestino Ahmed Abu Qutaish, de 16 años, bajo custodia policial, a quien Mahajna y otros dos miembros del personal del hospital dieron algunos de los refrigerios.
El muchacho estaba siendo tratado por las heridas que sufrió tras ser disparado por las fuerzas israelíes por haber apuñalado supuestamente a un colono israelí en Jerusalén días antes.
La investigación se puso en marcha a finales de octubre, después de que los agentes que custodiaban al paciente se quejaran a la dirección del hospital, que entonces emitió un comunicado en el que calificaba a Mahajna de “simpatizante del terrorismo” y lo citaba para una audiencia, según la organización Médicos por los Derechos Humanos (PHR), con sede en Tel Aviv, que afirmó que el cese era el resultado de una “caza de brujas racista, nacionalista y populista”.
“Las cartas de apoyo de pacientes y colegas, que lo describen como un médico atento y dedicado, resultaron inútiles”, dijo PHR en un Twitter el lunes.
PHR añadió: “La conducta del hospital es un vil intento de apaciguar a quienes exigen la sangre del paciente detenido y del médico que lo atiende.”
“Estas acciones influyen en el personal médico, especialmente en los empleados palestinos, y promueven una cultura de opresión y silenciamiento”.