El Gobierno palestino rechazó la visita del ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, a la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, asegurando que este hecho cruza “una línea roja”.
El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, aseguró que la incursión del funcionario sionista constituye “un desafío para el pueblo palestino, la nación árabe y la comunidad internacional”.
En este sentido, Abu Rudeineh enfatizó que con esta acción, Tel Aviv cruza “una línea roja” que aumentará las tensiones y la violencia en la región para desembocar en “una situación explosiva”.
En consonancia, precisó que constituye parte de la política de “judaización” con la que persiguen “cambiar el carácter árabe-islámico de la Ciudad Santa en clara y flagrante violación de todas las resoluciones internacionales”.
La visita de Ben Gvir pudiera ser un acontecimiento bisagra si se tiene en cuenta que la incursión en el mismo sitio por el entonces líder del Likud, Ariel Sharon, desencadenó el inicio de la Segunda Intifada.