Los medios de comunicación israelíes han afirmado que el ejército de ocupación era consciente de la intención de los colonos de asaltar la ciudad de Huwara y sus aldeas vecinas, en el norte de Cisjordania, el pasado domingo, pero no hizo nada por impedirlo.
El domingo por la noche, los colonos llevaron a cabo unos 300 ataques en las localidades de Huwara, Burin y Asira al-Qibliya, al sur de Nablus, que causaron la muerte de Sameh Hamdallah Aqtash, de 37 años, heridas a más de 350 personas y el incendio, la destrucción de decenas de viviendas y vehículos.
Según el diario Israel Hayom, los organismos de seguridad israelíes fallaron en un momento en que estaba claro que los colonos preparaban ataques a gran escala en Hawara. Las redes sociales estaban llenas de incitaciones y amenazas contra los palestinos, llamando a cometer atentados después de que dos colonos murieran en un tiroteo. El vicepresidente del llamado consejo de asentamientos de Samaria, David Ben Zion, escribió en Twitter que “el pueblo de Huwara debe ser erradicado hoy mismo”. A los dos ministros del gabinete israelí, Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, les gustó este tuit.
Según el diario Haaretz, hubo un intercambio de acusaciones entre los organismos de seguridad israelíes en el que se criticó a los militares por no cerrar las calles y carreteras desde las que los colonos llegaban a Hawara.
Por otra parte, el ejército criticó a la agencia de seguridad Shin Bet porque el departamento israelí de la misma no le advirtió de la posibilidad de que cientos de colonos llegaran a Huwara para quemar decenas de viviendas y cientos de vehículos en la localidad.
El periódico añade que las unidades del ejército empezaron a actuar sólo después de que los colonos empezaran a quemar edificios y vehículos en Huwara, y entonces no consiguieron controlar la situación.
Cabe destacar que tras los ataques terroristas, las fuerzas de ocupación no detuvieron a nadie. Su respuesta a estos ataques fue reforzar las fuerzas en Cisjordania, concretamente contra los palestinos, pero no para frenar a los colonos.
Según Haaretz, una vez controlada la situación, y aunque el ejército, el Shin Bet y la policía israelí sabían que los autores de los atentados vivían en asentamientos y puestos avanzados cercanos a Hawara, no detuvieron a ninguno de ellos.