La novelista francesa y Premio Nobel de Literatura 2022, Annie Ernaux de 82 años es una firme defensora de Palestina de la campaña pacífica de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra Israel, posición que se ha hecho conocida a través de varias cartas denunciando la ocupación, el apartheid y sus crímenes contra los palestinos.
Su apoyo público más reciente se produjo el año pasado tras la brutal represión de Israel contra los fieles musulmanes en la mezquita de Al-Aqsa, seguida de un bombardeo de 11 días en la bloqueada Franja de Gaza.
Ernaux firmó el año pasado una carta titulada “Carta contra el apartheid: en apoyo de la lucha palestina por la descolonización”. Los firmantes afirmaban que era “erróneo y engañoso” presentar la embestida de Israel contra Gaza como una guerra entre dos partes iguales: “Israel es la potencia colonizadora. Palestina está colonizada. Esto no es un conflicto, sino un apartheid”. Mencionaron el consenso casi universal sobre la práctica del crimen del apartheid por parte de Israel. “El mundo está empezando por fin a llamar al sistema israelí por su nombre”, añadieron, citando informes de varios grupos de derechos humanos, como B’Tselem, Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
Mostrando su solidaridad con el movimiento BDS, en 2019 Ernaux firmó una carta en la que pedía a una cadena de televisión estatal francesa que no emitiera el Festival de Eurovisión, que ese año se celebraba en Israel. Un año antes, firmó una carta en la que se oponía al establecimiento de una temporada de eventos culturales por parte de los gobiernos de Francia e Israel para conmemorar el 70 aniversario de la creación del Estado de ocupación. En ambas cartas se acusaba a Israel de utilizar los actos culturales para encubrir sus crímenes contra los palestinos.
Ernaux se une a figuras como Winston Churchill y Bertrand Russell como ganadores del codiciado premio, y su victoria ha despertado la emoción en el mundo del arte y la literatura. Los artículos de las principales agencias de noticias han elogiado el trabajo de la profesora, excepto, claro está, los de Israel.