Las nuevas directrices israelíes sobre el acceso de extranjeros a Cisjordania amenazan con aislar aún más a los palestinos de sus seres queridos y de la sociedad civil mundial, señaló Human Rights Watch. Las directrices, que entraron en vigor en octubre de 2022 y fueron modificadas en diciembre de ese mismo año, establecen procedimientos detallados para la entrada y residencia en Cisjordania de extranjeros, un proceso distinto del procedimiento de entrada a Israel.
Las autoridades israelíes llevan mucho tiempo dificultando a los extranjeros la enseñanza, el estudio, el voluntariado, el trabajo o la residencia en Cisjordania. Las nuevas directrices codifican y endurecen las restricciones impuestas desde hace tiempo, amenazando con dificultar aún más a los palestinos de Cisjordania, que ya se enfrentan a severas restricciones de movimiento impuestas por Israel, estar con familiares que carecen de documento de identidad cisjordano y relacionarse con estudiantes, académicos, expertos y otros extranjeros.
“Al dificultar que la gente pase tiempo en Cisjordania, Israel está dando un paso más para convertir Cisjordania en otra Gaza, donde dos millones de palestinos han vivido prácticamente aislados del mundo exterior durante más de 15 años”, señaló Eric Goldstein, director adjunto para Oriente Medio de Human Rights Watch. “Esta política está diseñada para debilitar los lazos sociales, culturales e intelectuales que los palestinos han intentado mantener con el mundo exterior”.
Entre julio y diciembre de 2022, Human Rights Watch entrevistó a 13 personas que detallaron las dificultades a las que se han enfrentado durante años para entrar o permanecer en Cisjordania y sus preocupaciones sobre cómo les afectarán las nuevas directrices. Human Rights Watch también entrevistó a abogados israelíes que han representado a quienes impugnan las restricciones. Entre los entrevistados se encuentran un psicólogo estadounidense que enseña en una universidad palestina, una madre británica de dos hijos que intenta permanecer con su marido palestino y su familia, y un palestino que ha vivido la mayor parte de su vida en Cisjordania pero no tiene documento de identidad.
Además, en julio de 2022 las autoridades israelíes denegaron a Omar Shakir, director de Human Rights Watch para Israel y Palestina, un permiso para entrar en Cisjordania durante una semana con el fin de llevar a cabo actividades de investigación y promoción, alegando la amplia autoridad del ejército sobre la entrada. El Tribunal de Distrito de Jerusalén confirmó la denegación en noviembre, tras una impugnación presentada por Shakir y Human Rights Watch.
El “Procedimiento para la entrada y residencia de extranjeros en la zona de Judea y Samaria [referencia a Cisjordania]”, de 61 páginas, sustituyó a un documento de tres páginas sobre procedimientos aplicado por primera vez en diciembre de 2006. Establece la política y los procedimientos del ejército israelí con respecto a los extranjeros que pretendan entrar únicamente en Cisjordania, excluida Jerusalén Este, o prolongar su estancia para una visita o con un “propósito específico”, por ejemplo, estudiar, enseñar, ser voluntario o trabajar allí. Las directrices son distintas de las de entrada en Israel, que normalmente se aplican en el aeropuerto Ben Gurion y otros puertos de entrada. El titular de un permiso de Cisjordania sin visado de entrada israelí no tiene autorización legal para entrar en Israel ni en la Jerusalén Oriental ocupada.
Aunque la gente suele visitar Cisjordania con visados de turista israelíes normales, los extranjeros con estos visados no están autorizados a enseñar, estudiar, ser voluntarios, trabajar o vivir en Cisjordania. Las autoridades israelíes suelen denegar los visados normales de entrada a Israel por estos motivos, así como a otras personas de las que se sabe o se sospecha que participan en actividades de defensa propalestina. El permiso es la única opción para muchos que desean pasar un tiempo en Cisjordania.
Las directrices de Cisjordania sólo permiten conceder permisos a categorías limitadas de visitantes. Algunos de ellos, como los familiares directos de palestinos, pueden obtener un permiso de hasta tres meses a su llegada al paso fronterizo Allenby/King Hussein, entre Jordania y Cisjordania, a la espera de la aprobación de las autoridades israelíes en ese lugar. Otros, como académicos, estudiantes, voluntarios y expertos, deben solicitar un permiso para Cisjordania, válido hasta un año, desde el extranjero y obtener la aprobación antes de viajar. Las directrices anteriores recomendaban, pero no exigían, la coordinación previa, aunque en la práctica las autoridades israelíes a menudo exigían la aprobación por adelantado. Otros visitantes, como los turistas o quienes deseen visitar a familiares o amigos o asistir a una conferencia, no pueden obtener un permiso para Cisjordania.
Citando “el riesgo” de que los extranjeros “se atrincheren”, las directrices también excluyen todas las vías para permanecer a largo plazo en Cisjordania para todos los extranjeros excepto los cónyuges de palestinos.
Las directrices otorgan a las autoridades militares israelíes una amplia discrecionalidad, permitiendo que “consideraciones de política general” guíen la toma de decisiones y señalando que “la aplicación de este procedimiento dependerá de la situación de seguridad y de la política israelí imperante, que se revisa y modifica de vez en cuando”.
El ejército israelí declaró a The Jerusalem Post en mayo de 2022 que las directrices harán que la entrada en Cisjordania sea “más fluida”, presumiblemente al detallar el procedimiento, y por tanto “beneficiarán a todos los residentes de la zona.”
Fuente: Human Rights Watch