La Coordinadora de la ONU y Coordinadora Humanitaria Residente para los Territorios Palestinos Ocupados, Lynn Hastings, ha declarado que el año 2023 sigue siendo extremadamente difícil para los niños de los territorios palestinos ocupados.

En un comunicado, Hastings destacó que más de 1,3 millones de niños palestinos regresan a sus escuelas en Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza esta semana y la siguiente en un año tumultuoso.

Y añadió: “Las escuelas deben proporcionar un refugio seguro que garantice la educación, el desarrollo y la protección de los niños. Es el lugar donde se anima a las mentes jóvenes a explorar, descubrir y desarrollar al máximo sus capacidades”.

Hastings señaló que estos niños han perdido semanas de educación este año debido a las prolongadas huelgas, a la escalada que se vivió en Gaza en mayo del año pasado y a las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de ocupación israelíes en los campos de refugiados de Cisjordania.

Y continuó: “Cuanto más tiempo pierdan los niños la educación, más difícil será compensar esta pérdida, y el impacto se dejará sentir en los niños de todos los grupos de población”.

Afirmó que la situación está empeorando, ya que desde principios de este año las fuerzas israelíes han matado a 42 niños palestinos, 35 de ellos en Cisjordania y Jerusalén, y otros siete en la Franja de Gaza.

En Cisjordania, el número total de niños palestinos martirizados durante este año es aproximadamente igual al número de niños asesinados durante todo el año 2022.

Hastings indicó que durante los primeros seis meses de 2023, las Naciones Unidas documentaron más de 423 incidentes que afectaron a los niños palestinos y a su educación, entre ellos los disparos de las fuerzas israelíes contra escuelas o niños, la realización de operaciones, la demolición de escuelas, el acoso de los colonos y los retrasos en los puestos de control, que afectaron a unos 50.000 niños.

Destacó la demolición de tres escuelas por parte de las autoridades israelíes en los últimos 12 meses, la última de ellas en Ein Samiya el 17 de agosto, pocos días antes del comienzo del nuevo curso escolar.

En la actualidad, las fuerzas israelíes han decidido demoler total o parcialmente otras 58 escuelas, o suspender su funcionamiento.

Hastings subrayó que el acceso seguro a la educación es un derecho fundamental de todos los niños y debe ser protegido en todo momento y por todas las partes.

Declaró: “Como comunidad internacional, debemos hacer más para garantizar la disponibilidad de recursos suficientes para la Autoridad Palestina y la UNRWA y apoyar el plan de respuesta humanitaria, para proporcionar una educación regular, segura y de alta calidad a todos los niños palestinos.”