Estados Unidos está “profundamente preocupado” por la decisión del gobierno israelí de permitir el regreso de colonos isralíes a un asentamiento ilegal abandonado construido en terrenos palestinos privados.

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, señaló que el puesto avanzado de Homesh, en el norte de Cisjordania, era ilegal incluso según la legislación israelí porque se construyó en terrenos palestinos privados. Todos los asentamientos y colonos de Israel son ilegales según el derecho internacional.

“Esta orden es incoherente tanto con el compromiso escrito del ex primer ministro Sharon con la Administración Bush en 2004 como con los compromisos del actual gobierno israelí con la Administración Biden”, afirmó Miller. “El avance de los asentamientos israelíes en Cisjordania es un obstáculo para el logro de una solución de dos Estados”.

Además, el portavoz condenó al ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, por su incursión en la mezquita de Al-Aqsa, en la Jerusalén ocupada. “También nos preocupa la provocadora visita de hoy al Monte del Templo/Haram Al-Sharif de Jerusalén y la retórica incendiaria que la acompaña. Este espacio sagrado no debe utilizarse con fines políticos, y pedimos a todas las partes que respeten su santidad.”

Miller concluyó su declaración diciendo “En términos más generales, reafirmamos la posición de larga data de Estados Unidos en apoyo del statu quo histórico en los lugares santos de Jerusalén y subrayamos el papel especial de Jordania como custodio de los lugares santos musulmanes en Jerusalén.”

Asaltando Al-Haram Al-Sharif de madrugada con guardias especiales y bajo la protección de las fuerzas de seguridad israelíes, el ultraderechista Ben-Gvir reivindicó la propiedad israelí del lugar sagrado islámico en un mensaje de vídeo desde el patio de la mezquita.

Era la segunda vez -la primera fue el 3 de enero- que Ben-Gvir irrumpía en la mezquita de Al-Aqsa desde que asumió el cargo de ministro de Seguridad Nacional del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu en diciembre.