Desastre total lo que sucedió en la final de la Copa de Palestina. El partido que enfrentaba a los equipos de Central Balata y de Jabal Al Mukaber fue interrumpido por la entrada por la fuerza del ejército de Israel, quienes irrumpieron en el estadio lanzando gases lacrimógenos que provocaron la asfixia de aficionados y jugadores, obligando a detener el partido durante muchos minutos.

Los altercados se produjeron en la localidad de Al Ram, en la zona este de Jerusalén. Las fuerzas armadas irrumpieron en el perímetro del estadio y lanzaron estos gases dentro del recinto deportivo tal y como han informado varios medios de origen palestino, especialmente la agencia oficial de noticias Wafa.

Por momentos, se vivieron situaciones de verdadero terror, ya que varios aficionados y jugadores tuvieron que tirarse al suelo para intentar encontrar algo de aire y poder respirar. El gas lanzado por el ejército de Israel penetró incluso en los vestuarios donde estaban los jugadores durante el descanso, lo que provocó una situación de caos absoluto.

Además, los aficionados que estaban en las graderías más cercanas de las emisiones, tuvieron que huir para poder salvar su vida y decidieron invadir el terreno de juego. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron con rapidez los servicios de emergencia de la Media Luna Roja para atender a varias personas que se encontraban en un pésimo estado de salud. Hasta tres aficionados tuvieron que ser evacuados de urgencia a un hospital cercano.

Por su parte, afirmó que todo se había tratado de un ataque premeditado y no de una acción militar improvisada. Además, decidió trasladar lo sucedido a la FIFA, la cual recibirá informes sobre el caos vivido en el estadio de la localidad de Al Ram. Estas mismas quejas han sido transmitidas también a la Federación Asiática de Fútbol: “Hay que poner fin a este terrorismo contra la ocupación y contra los deportes y atletas palestinos”.