Hechos en Hebrón por la familia Hirbawi los kufiyes resisten, no solo cubriendo las cabezas de los palestinos, sino también ante la industria asiática que amenaza con apropiarse de la producción total de este emblema de lucha y unidad nacional.

Ya sea en algodón o lino, este pañuelo se ha transformado en un ícono de la resistencia palestina.
También llamada hatta, era originalmente blanca y negra e indicaba un origen rural y humilde, solamente los hombres del campo (felahin) y beduinos eran quienes la llevaban. A través de los años, se ha transformado en un símbolo inequívoco de la resistencia y unidad palestina.

ORIGEN 

A través de la historia ha sido sinónimo de revolución y unión ya que fue utilizada por los campesinos en la primera revuelta contra el Mandato Británico de Palestina en 1936. Cuando esta alcanzó su punto más álgido, las autoridades ordenaron su uso en general, para que los rebeldes pudieran confundirse con el resto de los ciudadanos, lo que fue un signo exitoso de unificación entre lo rural y lo urbano, eliminando también toda marca exterior de distinción social.

El origen etimológico guarda relación con el antiguo asentamiento urbano de Kufa, en Irak, se popularizó por todo Medio Oriente y últimamente ha pasado a ser un signo de la moda internacional y ha traído consigo, también, la “occidentalización” de la prenda en los más diversos tonos y diseños, siendo motivo de cuestionamiento para los fabricantes iniciales.

Hacía 1960, este tejido ya era todo un emblema del activismo. Yasser Arafat y Leila Khaled fueron impulsores en utilizarla y sus fotografías con la prenda hicieron relacionar al resto del mundo a la prenda con la causa palestina, incluso llamándole “pañuelo palestino”.

EL KUFFIYEH SE NIEGA A DESAPARECER

La fábrica Hirbarwi, ubicada en una esquina residencial de la ciudad de Hebrón, produce desde hace décadas los pañuelos de algodón convertidos en iconos y es “la única y la última” que produce el ejemplar en Palestina, tal y como afirma el gerente Abdul Hirbawi con énfasis.

Otros países vecinos, donde el kufiye es también popular, como Jordania, Líbano o Siria, producen sus propios -pero no muy diferentes- versiones. Hirbawi es la única fábrica en Palestina produciendo la prenda original y resiste ante la producción industrial del kufiye en los mercados chinos y asiáticos en general.

Yasser Hirbawi fundó este telar hace ya más de 60 años aunque actualmente son sus tres hijos y un amigo de la familia quienes están a cargo de la manufactura. Tras los carretes de hilo, se encuentran los telares industriales que ocupan la mitad del local iluminado por luces fluorescentes, adornado con banderas palestinas. Las máquinas están en constante movimiento, creando un clamor incesante dentro del lugar. La fábrica posee ahora sólo la mitad de las máquinas como consecuencia de un constante declive de las ventas desde hace unos 30 años.

En 2021 fue el 60 aniversario de la fábrica Hirbawi. Yasser tenía 33 años cuando comenzó con esta fábrica y poco después, teniendo como objetivo la continuidad en la saga familiar, instruyó a sus hijos en manejo y control de la maquinaria para la fabricación de esta simbólica prenda. “Es nuestro pasado, futuro… Esto significa todo”, enfatiza Hirbawi.