Pero, ¿cómo partió todo? Su abuelo palestino es poeta y cantante y su madre es escritora. A los 15 años dejó Palestina con un solo objetivo en mente: convertirse en artista con una personalidad particular e irrepetible. Entre sus primeros modelos está, por ejemplo, la intérprete británica Adele.

Desde California ha dicho que ese está adaptando y que le ha tocado ir desde abajo para disfrutar la fama que hoy está acumulando. Ha sido, en sus palabras, un proceso extenuante.

¿Y de dónde viene su nexo con Chile? Hace un tiempo le contó al periódico Las Últimas Noticias que “mi abuela y mis familiares viven en Chile. Usualmente voy una vez al año para allá a pasar Navidad y Año Nuevo. Estuve hace pocas semanas en Viña del Mar. Me encanta pasear por Avenida Perú y vimos los fuegos artificiales”.

Desde el año pasado, cuando ya aspira a las las grandes ligas, su equipo es liderado por el manager Wassim Slaiby, el mismo detrás de The Weeknd, quien la descubrió en Instagram. Tal como Bad Bunny con el español, ella no transa y sólo interpreta sus temas en árabe

“Tener las culturas árabe y americana reflejadas en mi música es lo que me permite crear un nuevo género”, dijo a Vogue Arabia. “Estoy orgullosa de que mi sonido represente nuestra cultura de una manera única que muchos no han escuchado antes”, confesó. Además, tiene otro hit en Ghareeb Alay, su canción junto al rapero tunecino Balti, el que acumula más de 100 millones de reproducciones en YouTube.

“Coachella cantó en árabe ayer”, escribió la joven en redes sociales, donde compartió pasajes del show del fin de semana. “¡Estoy tan agradecida de cantar en mi idioma y traer mi cultura, mi música y mi baile a un festival como Coachella”, añadió en otra publicación.

Fuente: La Tercera