Las fuerzas de ocupación israelíes que operan en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania, han estado recopilando información personal sobre activistas de derechos humanos de Europa.

Según imágenes obtenidas por el grupo israelí Breaking the Silence, Haaretz informó que los videos muestran a los soldados discutiendo el sistema Blue Wolf con referencia a los activistas extranjeros.

El sistema Lobo Azul, que las fuerzas de ocupación llevan utilizando desde hace dos años y medio, es una base de datos en la que se introducen los datos y las fotos de los palestinos, lo que permite su seguimiento y monitorización.

Se oye al coordinador de seguridad de un asentamiento local construido en tierras palestinas decir a los soldados:

“El comandante de la brigada me ha dicho que es muy importante conseguir fotos de sus caras”, refiriéndose a los rostros de los activistas de derechos humanos extranjeros y de izquierdas.

Y añadió: “Para que no les dejen entrar en el aeropuerto la próxima vez”.

Hace unas dos semanas, los soldados estaban llevando a cabo operaciones cerca de Susya, en las colinas del sur de Hebrón.

Activistas de derechos humanos extranjeros se encontraban en el lugar -principalmente europeos- mostrando su apoyo a los agricultores palestinos que trabajan allí.

En el vídeo, se oye a un soldado preguntar a su comandante por una de las activistas extranjeras: “¿Está en la base de datos?”

Uno de los comandantes ordenó a un soldado que llevaba una cámara digital que fotografiara a las mujeres.

“¿Dónde está el Lobo Azul?”, preguntó uno de los soldados a otro.

Y el otro soldado respondió: “No quieren ser fotografiadas, tienen miedo de las cámaras”.

Entre los activistas había personas que hablaban hebreo y entendían la conversación entre los soldados.

Les preocupaba que les fotografiaran.

“Se están alejando de nosotros”, se oye decir a un soldado a otro cuando notó que algunos de los activistas se retiraban para evitar las cámaras de los soldados.

“Son sobre todo los europeos”, dijo otro soldado, que entonces trató de acercarse a los activistas con más calma y preguntó a uno de ellos: “¿Podemos hacerte una foto? ¿Tal vez un selfie juntos?”.

El coordinador de seguridad de uno de los asentamientos cercanos estaba en el lugar, de pie junto a los soldados, también fotografiando a los activistas.

Las fuerzas de Ocupación inidcaron que el coordinador de seguridad era conocido por los oficiales superiores de la Brigada Central y el Mando Central.

Sin embargo, se negó a revelar su identidad o la del asentamiento donde trabaja.

Después de que los soldados fotografiaran a los activistas, se oyó a su comandante preguntar si había fotos de todos, añadiendo: “Especialmente de esa”, refiriéndose a una mujer estadounidense que se había negado a hacerse una foto para la base de datos de Lobo Azul.

“Quien haya tomado una foto, que me la envíe por WhatsApp”, ordenó el comandante. “Hay que descargar las fotos”.

En otro incidente, dos días después, se puede escuchar en un vídeo a Maya Bickel, de 23 años, activista del Centro para la No Violencia Judía, diciendo,

“Llegamos al lugar después de que un pastor palestino dijera que los soldados lo estaban desalojando y que habían agredido a su mujer. Cuando llegamos, los soldados nos hablaron con desprecio”.

“Esta vez fue muy diferente porque normalmente los soldados hacen fotos en todos los incidentes, pero esta vez insistieron en fotografiar las caras. Intentaron por la fuerza acercarse a nuestras caras con la cámara”.

“Llegó la policía, les habíamos llamado y les dijimos que intentaban sacarnos sin orden y que el pastor había sido agredido”.

“La policía llegó enseguida y preguntó quién es Maya, y cogió mi pasaporte y lo fotografió. Intentaron introducir mi número de pasaporte en su sistema y no pudieron, así que fotografiaron mi pasaporte y los soldados fotografiaron mi cara.”

“El comandante de la Brigada de Hebrón había pedido que se fotografiaran las caras, para que no pudieran entrar en Israel la próxima vez”.

“Ese fue un incidente muy diferente en cuanto al comportamiento de los soldados hacia nosotros”, explicó Bickel.

“Daba la sensación de que habían venido a buscarnos personalmente y no a actuar para poner orden… Todavía no sé si estoy en la base de datos de inteligencia o qué significa esto”.

La base de datos “Blue Wolf” utiliza tecnología de reconocimiento facial prohibida en varios países.

Apodado un “Facebook para palestinos”, la ejecución de este programa parece sacada de una novela de ciencia ficción distópica.

Los soldados israelíes fotografían a transeúntes palestinos al azar en las calles de los pueblos y ciudades de Cisjordania, independientemente de que sean sospechosos de algo, e introducen sus datos en una base de datos que combina el reconocimiento facial con sus registros personales.

En noviembre, el Washington Post publicó un exhaustivo informe que revelaba el amplio uso por parte de las IOF de una base de datos que documentaba a los palestinos en Cisjordania, pero no mencionaba la documentación de activistas de derechos humanos o ciudadanos extranjeros.

Fuente: Qudsnen