Mientras las fuerzas de ocupación israelíes intensifican sus agresiones contra la mezquita de Al Aqsa y los fieles palestinos durante el mes sagrado del Ramadán, continúan con el castigo colectivo a la Franja de Gaza, cerrando los pasos que conectan con Israel y dejando sin asistir a sus trabajos a más de 12 mil palestinos, considerándose esta medida como un castigo colectivo hacia los gazatíues.

Michael Lynk, experto en derechos humanos de la ONU, afirmó que Israel debe poner fin inmediatamente a lo que equivale a un “castigo colectivo” contra el pueblo palestino, que se ve “de forma más llamativa” en su continuo cierre de Gaza.

“El alcance del impacto devastador de la política de castigo colectivo de Israel se puede ver de forma más sorprendente en su continuo cierre de Gaza durante 13 años, que ahora sufre una economía completamente colapsada, una infraestructura devastada y un sistema de servicios sociales que apenas funciona”, añadió Michael Lynk.

“Estas prácticas suponen graves violaciones contra los palestinos, incluido el derecho a la vida, a la libertad de movimiento, a la salud, a una vivienda adecuada y a un nivel de vida adecuado”, dijo tras presentar un informe en la 44ª sesión del Consejo de Derechos Humanos.

“Los castigos colectivos han sido prohibidos por el derecho internacional humanitario a través del artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra. No se permiten excepciones”.

El nuevo informe del relator especial también critica de forma punitiva la política continuada de Israel de demolición de viviendas palestinas.

“Desde 1967, Israel ha destruido más de 2.000 hogares palestinos, con el fin de castigar a las familias palestinas por actos que algunos de sus miembros pueden haber cometido, pero que no hicieron”, dijo.

“Esta práctica constituye una clara violación del artículo 53 de la Cuarta Convención de Ginebra”, añadió.

Mientras tanto, los medios de comunicación de Israel informaron de que el ejército de ocupación se está preparando para la posibilidad de una nueva agresión a la Franja de Gaza. Temiendo la caída de su gobierno, Israel busca exportar sus crisis de seguridad a Gaza para escapar de la Intifada en Jerusalén, Cisjordania y el Territorio Ocupado.

Fuente: Days of Palestine