La municipalidad de Jerusalén ocupado demolió dos departamentos de propiedad palestina con el pretexto de que carecían de licencia de obras. El edificio pertenecía a un palestino y a su hermana en el barrio de Sur Baher, al sur de la ciudad santa ocupada. Cada apartamento tenía 90 metros cuadrados.

Durante la demolición, las fuerzas de ocupación israelíes bloquearon toda la zona e impidieron a todos los palestinos entrar o salir. Fuentes palestinas locales declararon que la demolición dejó a doce personas sin hogar en medio de la ola de frío.

Mientras tanto, las fuerzas de ocupación israelíes entregaron una orden de demolición a la familia Salem en la misma zona, ordenándoles demoler una habitación de 15 metros cuadrados.

La política de demoliciones de Israel en la Jerusalén ocupada ha registrado recientemente un aumento significativo del número de edificios de propiedad palestina derribados. Aunque se aduce la falta de licencias de construcción como motivo de las demoliciones, cabe señalar que dichas licencias rara vez, o nunca, se expiden para que los palestinos construyan o amplíen sus viviendas en la ciudad ocupada. El proceso se considera parte de la limpieza étnica de la población de la Palestina ocupada llevada a cabo por el Estado colonial de colonos.

Sólo en febrero, señalan los observadores, las fuerzas de ocupación israelíes demolieron o dictaron órdenes de demolición contra 187 estructuras palestinas en los territorios ocupados.