La policía israelí de la Ciudad Vieja de la Jerusalén Oriental ocupada ha prohibido a los propietarios de tiendas vender camisetas con la bandera palestina y otros símbolos del nacionalismo palestino. Esta medida discriminatoria es el último intento de borrar la identidad y las aspiraciones nacionales palestinas en la ciudad ocupada de Jerusalén. Mientras que las tiendas ofrecen prendas que celebran al ejército israelí y a los clubes de fútbol de extrema derecha, la imaginería palestina se considera ahora contrabando.

Entre los artículos prohibidos figuran camisetas con el lema “Palestina libre”, imágenes de la emblemática llave palestina que representa el derecho al retorno y recuerdos con mapas de la Palestina histórica. Los comerciantes han declarado a Haaretz que la policía les ha presionado para que se abstengan de exponer abiertamente estos artículos y, en algunos casos, para que dejen de venderlos.

En el último año, la policía ha ampliado su prohibición para incluir cualquier prenda o accesorio que se considere que promueve “el terrorismo y la violencia.” La absurda lógica pretende que una bandera palestina inspira más violencia que la cultura israelí de las armas que se exhibe descaradamente. La policía ha ampliado la política en los últimos dos meses para incluir ropa y accesorios con símbolos nacionalistas palestinos.

Esta política se suma a los recientes esfuerzos de los legisladores israelíes por prohibir izar la bandera palestina durante las manifestaciones. En las últimas semanas, se ha detenido a manifestantes en Sheikh Jarrah simplemente por ondear la bandera. Ni siquiera los escolares palestinos son inmunes: la policía ha estado registrando sus bolsos en el recinto de Al Aqsa y confiscando libros de texto que contienen imágenes de la bandera.

Los propietarios de tiendas afirman que la policía primero les advierte para que retiren los artículos prohibidos. Si los comerciantes se resisten, la policía moviliza a otros organismos, como el Ministerio de Salud, para encontrar excusas para castigarlos. “La policía pasa y dice que no podemos tener nada palestino”, dijo un comerciante. “A mí no me interesa la política, sólo quiero ganar dinero. Pero la bandera es lo único que les importa, no la violencia y el racismo que hay por todas partes”.

La intensificación de la represión en Jerusalén Este forma parte de una campaña en curso para borrar Palestina. El Plan de Partición de 1947 sentó las bases para la expansión sionista y el borrado de Palestina. En el periodo previo a la independencia de Israel en 1948, los grupos sionistas llevaron a cabo masacres y expulsiones forzosas de palestinos de sus tierras ancestrales, en lo que los palestinos denominan la Nakba. En 1949, unos 750.000 palestinos habían sido desplazados y más de 500 pueblos borrados del mapa.

En las décadas transcurridas desde entonces, Israel ha continuado su proyecto de borrar la identidad palestina censurando símbolos culturales, hebreizando topónimos que existían desde la época del imperio romano y cristiano, confiscando tierras y promulgando leyes discriminatorias contra los palestinos. A pesar de estos esfuerzos sistemáticos, la memoria y la lucha palestinas persisten frente a los continuos intentos de eliminarlas de la historia.

Ya se han prohibido los símbolos del nacionalismo palestino dentro de las fronteras de 1967. Esta política se está aplicando dentro de Cisjordania, lo que indica que el Estado del apartheid no distingue entre el territorio que ocupa y el que está dentro de sus fronteras según el derecho internacional.