Es un postre típico de Palestina hecho con sémola, empapada en almíbar a base de azúcar y agua de rosas, cubierta con queso y pistacho en trozos. Es popular en todo el mundo árabe, particularmente en Egipto y Líbano, siendo considerado el postre palestino más representativo, icónico y, para muchos, el más delicioso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nablus es la capital del knafeh en Palestina y el mundo, la versión de esta ciudad es la original y se hace con un queso cremoso, suave y blanco llamado Nablusi (puede ser de oveja, cabra o vaca), una cubierta de almíbar espeso aligerado con agua de rosas (katr en árabe), masa de sémola o fideos empapados y pistachos trozados, dan como resultado uno de los dulces más suculentos (y realmente abundantes) en el Medio Oriente. En 2009 y en la mencionada ciudad, los cocineros y ayudantes bajo la dirección de Muhanned al-Rabbe -pastelero palestino- produjeron un ejemplar de 74 metros de largo, 1,05 metros de ancho y que pesaba cerca de 1.756 kg. El plato estableció el récord mundial del Knafeh más grande del mundo, hasta que una versión turca en 2017 superó por 4 metros a su antecesora palestina.

Se prepara en un plato grande, redondo y poco profundo y se decora con pistachos trozados o molidos; se sirve con espátula, el queso debe quedar derretido para que pueda estirarse en el pastel.

 

 

MODERNIZACIÓN: NUTELLA, VEGANA O RED VELVET?

Sin dudas, es uno de los postres palestinos más reconocidos en el mundo, cuenta con versiones en todo Medio Oriente, Europa (donde destacan las versiones turcas y griegas) e incluso en Chile se han atrevido a recrear diferentes versiones, conservando su tan único sabor original.

Desde las variaciones más comunes de knafeh como reemplazar el queso nablusi con ashta, una crema coagulada libanesa con agua de rosas, recientemente varios han ido más allá con ejemplares más creativas del postre, que pueden incluir chocolate, nutella, manzana y una versión aumentada con helado.

Hace algún tiempo, los árabes se encargaron de hacer knafeh versión red velvet.

Y por supuesto, nutella knafeh no pudo esperar.

Incluso las versiones veganas se han vuelto cada vez más populares. Los palestinos, en su muestra de orgullo nacional y amor por todo lo auténtico, incluso se han tomado el tiempo de tratar de imitar el sabor del knafeh con ingredientes exclusivamente veganos.

 

 

 

 

Fuad Jamis