La Liga Árabe pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que intervenga para detener los “crímenes” israelíes en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa, en la Jerusalén Oriental ocupada, informa la agencia de noticias Anadolu.
En una declaración emitida tras una reunión de emergencia en El Cairo, la Liga Árabe condenó los asaltos israelíes contra fieles en el interior del complejo de Al-Aqsa.
“Estos cientos de delitos se intensificaron peligrosamente en los últimos días del mes de Ramadán y provocaron lesiones y detenciones de fieles, incursiones y profanaciones deliberadas de la santidad de la mezquita de Al-Aqsa por parte de funcionarios y colonos israelíes extremistas bajo la protección de las fuerzas de ocupación”, se afirma en la declaración.
La declaración rechazaba “todas las formas de violaciones israelíes de los lugares santos islámicos y cristianos, especialmente las dirigidas a cambiar el statu quo histórico y legal de la mezquita de Al Aqsa”.
La Liga Panárabe responsabilizó a Israel de las repercusiones de sus medidas que obstaculizan la libertad de culto en los lugares santos islámicos y cristianos de Jerusalén.
Pidió a las Naciones Unidas, incluido el Consejo de Seguridad, que asumieran sus responsabilidades legales, morales y humanitarias para detener la agresión israelí y proporcionar protección internacional al pueblo palestino.
La reunión de emergencia del miércoles fue convocada por Jordania, en coordinación con Egipto y Palestina.
El miércoles aumentó la tensión en Cisjordania ocupada después de que la policía israelí detuviera a unos 350 fieles en el interior del complejo de la mezquita de Al Aqsa.
Un grupo de palestinos se atrincheró en la sala de oración de Al-Qibli, en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa, después de que los colonos judíos llamaran a asaltar la mezquita. Intentaron impedir la entrada de la policía cerrando sus puertas.
Rodeando la sala de oración de Al-Qibli, la policía israelí subió al tejado de la mezquita, rompió algunas de las ventanas e intervino inicialmente con bombas de sonido contra los fieles que se encontraban dentro. Algunas de las personas que se encontraban en la mezquita intentaron resistirse a la policía lanzando fuegos artificiales.
Para los musulmanes, Al-Aqsa representa el tercer lugar más sagrado del Islam. Los judíos llaman a la zona el Monte del Templo, ya que fue el emplazamiento de dos templos judíos en la antigüedad.