El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debatió recientemente un informe, presentado por el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, sobre los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados y algunas de sus repercusiones en los derechos del pueblo palestino.

Christian Salazar Volkmann, director de la división de operaciones sobre el terreno y cooperación técnica de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, leyó el informe ante los miembros del Consejo el martes.

Según el informe, “de 2012 a 2022, la población de colonos israelíes en Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén Este, había aumentado de 520.000 a más de 700.000”.

“Estos colonos vivían ilegalmente en 279 asentamientos israelíes en toda Cisjordania ocupada, incluidos 14 asentamientos en la Jerusalén Oriental ocupada, con una población total de más de 229.000 personas. Al menos 147 de estos asentamientos eran puestos de avanzada, ilegales incluso según la legislación nacional israelí”, subrayaba el informe.

El informe documentaba una correlación entre la expansión de los puestos de avanzada y los ataques de colonos contra palestinos, afirmando que “durante la última década, Naciones Unidas había verificado 3.372 incidentes violentos protagonizados por colonos, en los que resultaron heridos 1.222 palestinos”.

El informe señalaba que “el año pasado, la violencia de los colonos alcanzó los niveles más altos jamás registrados por Naciones Unidas”, y acusaba a Israel de no “investigar ni perseguir los crímenes contra palestinos cometidos por colonos y fuerzas israelíes”.

El informe también cubría tres casos de traslado forzoso inminente en Cisjordania, describiendo esta práctica israelí como un “crimen de guerra según la Cuarta Convención de Ginebra”.

Explicaba que estos traslados forzosos se produjeron en Masafer Yatta, Ras al Tin y Wadi Qaddum, en Jerusalén Oriental, y que afectaron a las vidas de más de 1.450 residentes palestinos en total.

“De 2012 a 2021, Israel demolió 6.821 estructuras de propiedad palestina en la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén oriental, desalojando por la fuerza a 9.766 palestinos”, señala el informe.

El informe pide a Israel que “cese inmediatamente y dé marcha atrás en todas las actividades de desarrollo de asentamientos y actividades conexas, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”.