Las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental en el activismo social, especialmente para los activistas palestinos. Tras los levantamientos árabes de 2011, el International Studies Journal citó que “los medios de comunicación occidentales recurrieron en gran medida a activistas en los que llegaron a confiar para obtener información y fuentes”.

Los activistas de Medio Oriente fueron las principales voces de su país. Retrataron una experiencia que muchos otros ni siquiera pueden imaginar. Aunque, en periodismo, los temas tienen un sello temporal. Una vez publicados, los ojos de los medios de comunicación pasan a algo más urgente. Los que se encuentran en medio de la crisis deben entonces encontrar a personas con la capacidad de provocar un cambio para compartir sus historias y hacer brillar la luz.

Así han nacido el activismo en línea y el periodismo ciudadano. Los que sufren la injusticia han dado al interruptor y han acuñado estos términos clave. En su lugar, cuentan sus propias historias a través de las redes sociales. Las más destacadas son Instagram, Twitter y Facebook. Según una encuesta del Pew Research Center, el 36% de los estadounidenses que utilizan las redes sociales lo hacen como medio de activismo social para encontrar protestas o concentraciones (35%), animar a otros a actuar (18%) o utilizar un hashtag relacionado con un movimiento social (18%). Esto incluye la presencia de activistas árabe-americanos, aunque todavía no exista un grupo demográfico separado.

Los medios sociales son una herramienta para difundir todas las formas de concienciación. Una de las crisis más continuas en que sigue sin ser reconocida por las fuentes de noticias occidentales es la ocupación de Palestina. Los ciudadanos del país son muy conscientes de ello y han tomado sus propias medidas. Los palestinos han grabado sus historias para que millones de personas las escuchen. Desde la pérdida de vidas hasta familias destrozadas. A pesar de todo lo que está ocurriendo, esta es una sensación de control que les permite contar su historia. Tanto es así que se considera la “fuente número uno de noticias” en Palestina.

El trabajo de los activistas palestinos llega a todo el mundo, especialmente a Occidente. Entonces resulta muy fácil para la gente compartir estas publicaciones en sus páginas personales hasta que se ha convertido en una sensación social. Sin embargo, cuando el mensaje llega a Occidente, surgen obstáculos a la hora de interpretar con precisión los medios de comunicación.

El primero es comprender el nivel de la información que se está difundiendo. Con frecuencia, los medios de Oriente Medio se interpretan como una región “rota” “llena de corrupción” y “desigualdades”. Lo que socava las revoluciones que han hecho avanzar a los países de la región gracias al esfuerzo de los activistas. Pero, conociendo el propósito del post, resulta aún más indiferente lo que gana el espectador.

Entonces surge una segunda cuestión del “activismo performativo”. Las aplicaciones de los medios sociales se mueven por tendencias y eso es lo que mantiene activos a sus usuarios. Las publicaciones que puedan interponer partes del mundo real no llamarán la atención de todos los usuarios. Sin embargo, algunos pueden sentirse inclinados a publicar sobre un tema social si todos sus amigos lo hacen.

Un ejemplo de ello es el “#freepalestine”, que se hizo muy popular en TikTok. Muchos jóvenes palestinos participaron compartiendo el hashtag junto con actuaciones lúdicas. Los investigadores que estudiaron las repercusiones de esta práctica descubrieron que disminuía la calidad de su activismo político y que, en cambio, se centraba en el contenido lúdico y divertido.

A los investigadores les preocupa que los jóvenes que participan en estas actuaciones lúdicas no comprendan plenamente el alcance de las dificultades a las que se enfrentan los palestinos. El uso activo de las redes sociales se ha convertido en un motivo para que las autoridades de seguridad israelíes persigan a los palestinos. El enfrentamiento entre la autoridad israelí y los manifestantes palestinos es constante y el trágico coste son vidas palestinas.

Otras cuestiones acuciantes que siguen siendo un punto de combate para los activistas palestinos son la censura de los medios sociales. Las aplicaciones de las redes sociales han eliminado las manifestaciones activas a favor de Palestina. Esto ha provocado además la desactivación de cuentas de redes sociales conocidas por destacar contenidos sobre Palestina.

Los palestinos no gozan ni de lejos de los mismos privilegios de libertad de expresión de los que hacen gala los países occidentales. Por lo tanto, cada vez es más importante que el uso de esta libertad se aplique en los medios sociales. De manera que no se menoscaben las voces palestinas, sino que se potencien aún más.