La poco conocida fotógrafa palestina Karimeh Abbud fue una de las pioneras de este arte en el mundo árabe.

Comenzó su carrera en la década de 1920, estampando sus imágenes con el título profesional de “Señora Fotógrafa”. Sólo en los últimos años ha salido a la luz su obra, que ofrece una fascinante visión de diferentes estratos de la sociedad palestina.

Abbud nació en Belén en el seno de una familia luterana originaria del Líbano. Su padre le regaló su primera cámara cuando cumplió 17 años, en 1913. Ninguno de los dos sabía que su futuro oficio la diferenciaría del resto de la región.

“Fue claramente una pionera, al ser una mujer fotógrafa profesional en un oficio que, incluso hoy en día, sigue siendo en gran medida dominio de los hombres”, escribió en un ensayo el profesor Issam Nassar, experto palestino en fotografía. “Existe la posibilidad de que Karimeh Abbud fuera la primera mujer fotógrafa árabe, así como la primera de Palestina”.

Abbud acabó especializándose, y obteniendo sus propios ingresos, en el retrato. Durante su corta vida, capturó paisajes locales, ceremonias de boda y miembros de su familia elegantemente vestidos. También fotografió a artistas, enfermeras y aldeanos. Algunas de sus impresiones las coloreaba a mano.

Al parecer, al principio montó un taller y un cuarto oscuro en casa, pero acabó instalando estudios en varias ciudades palestinas. Abbud era una mujer culta, licenciada en literatura árabe por la Universidad Americana de Beirut, y hablaba inglés, alemán y árabe.

De hecho, su género le abrió algunas puertas, haciendo que la clientela femenina y los niños se sintieran cómodos y animándoles a entrar en su espacio y fotografiarse, una actividad que era nueva y excitante, y quizás aterradora para algunos.

La década de 1930 fue el punto álgido de su carrera, una época en la que sus colegas internacionales, como Dorothea Lange y Robert Capa, estaban en activo en Estados Unidos y Europa. Abbud murió en 1940 a causa de la tuberculosis, pero sus imágenes, un registro histórico de su tierra natal, siguen vivas. En el que habría sido su 123 cumpleaños fue homenajeada con un Google Doodle, y sus imágenes se han expuesto en varios lugares de prestigio, entre ellos el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. El mundo parece reconocer poco a poco su importancia.