No existe Semana Santa en Palestina, en que no estén presentes en las mesas de las casas, una galleta mantequilla llamada maamoul, rellenas con pasta de dátiles, nueces o pistachos picados y espolvoreadas con azúcar en polvo, estas galletas de mantequilla son la recompensa perfecta después de un mes de ayuno durante la Cuaresma.
Para los cristianos palestinos estas galletas simbolizan la Pascua y se considera un símbolo de la corona que se colocó en la cabeza de Jesús durante la crucifixión, y el maamaoul simboliza la esponja que se llenó de agua y se apretó sobre su cara cuando tenía sed.

Estos dulces dorados claros y desmenuzables son muy populares en el Medio Oriente, y aunque están particularmente asociados con festividades, no es raro encontrar maamoul en la casa también en otras ocasiones. Estos dulces a menudo se ofrecen a los visitantes e invitados de honor junto con té, café y otras bebidas, según la región.

Muchas panaderías en Palestina venden maamoul y también se pueden encontrar empaquetados en varios mercados. También se pueden hacer en casa; los moldes son útiles, aunque no necesarios.

RECETA DEL MAMOUL

Ingredientes

500 gramos de harina común tamizada

200 gramos de sémola fina tamizada

200 cl de aceite común

180 cl de agua a temperatura ambiente

25 gramos de azúcar común

1 taza de azúcar impalpable

Placa para horno aceitada o con un papel manteca

Para el relleno:

200 gramos de nueces revisadas (sin bichitos)

100 gramos de azúcar

Una cucharada de agua de azahar.

Preparación

Mezclar la sémola, la harina, el azúcar y el polvo para hornear.

Agregar el aceite y el agua de a poco.

Mezclar y luego amasar hasta lograr una pasta maleable

Llevar a la heladera mientras se prepara el relleno.

Para hacer el relleno: picar las nueces (se pueden poner en la procesadora sin llegar a hacerlas polvo).

Agregarles el azúcar y el agua de azahar y revolver. Disfrutar del aroma mágico que se desprende…

Para dar forma a los mamoul: tomar bollitos y hacer bolitas con las palmas de las manos, de unos 2 o 3 cm de diámetro.

Ahuecar cada bollito con un dedo y rellenar con una cucharadita chica de la mezcla de nuez.

Cerrar cada bollito y apoyarlo sobre el plato achatándolo muy levemente para que quede una base plana.

Con una pincita o un tenedor hacer rayitas desde el centro a la base una al lado de la otra.

Colocar sobre la placa de horno y llevar a horno precalentado a temperatura moderada (160 grados)

Retirar a los diez o quince minutos antes de que se llegue a dorar la masa. Tiene que quedar seca pero muy suave

Cuando se enfríen espolvorear con azúcar impalpable.