Los ciudadanos palestinos israelíes que viven en el Neguev afirman que el estado de Israel intenta arrebatarles aún más tierras. Los medios de comunicación locales han informado de que el Fondo Nacional Judío (JNF) ha empezado a plantar árboles en el desierto en un proyecto de 48 millones de dólares. Los residentes locales que protestan por el proyecto dicen que es un preludio de la confiscación de sus tierras por parte de Israel.

“La fase actual del proyecto tiene como objetivo las tierras pertenecientes a seis pueblos árabes”, dijo a Anadolu Jomaa Zabarqeh, del Comité Supremo de Orientación Árabe en el Neguev.

“La gente vive en su tierra y en sus casas, pero el JNF está reforestando la tierra a su alrededor. Esto es inaceptable”. Estos intentos de confiscación de la tierra no son nuevos, añadió, pero han aumentado considerablemente en los últimos tiempos.

Las fuerzas de ocupación israelíes respondieron a las protestas con violencia, deteniendo a decenas de manifestantes entre el domingo y el miércoles, cuando el gobierno decidió suspender el proyecto. La policía israelí afirmó que dos agentes habían resultado heridos por los “alborotadores”.

El proyecto provocó una crisis de coalición en Israel, ya que el jefe y los miembros del Partido Raam en la Knesset amenazaron con abandonar la coalición si el proyecto seguía adelante. El miembro del partido Raam, Mazen Ghanaim, acudió a Facebook para declarar su oposición al gobierno.

“Nadie impedirá la plantación de árboles en la Tierra de Israel”, twitteó el ex primer ministro Benjamín Netanyahu en respuesta. “Doy todo mi apoyo a las fuerzas de seguridad y exijo a su sucesor Naftali Bennett que condene inmediatamente la incitación de Raam”.

Sin embargo, bajo la presión de los cuatro MK de Raam, el gobierno decidió suspender el proyecto a pesar de la afirmación del ministro de Vivienda y Tierra, Zeev Elkin, de que la plantación continuaría con su pleno respaldo.

Fuente: Monitor de Oriente