Niños, mujeres y hombres fueron transportados desde la Franja de Gaza a improvisados recintos penitenciarios de Abu Zenima y de Nekhel, construidos a orillas del Golfo de Suez.

Tras la liberación de documentos secretos del Ejército de Israel, se comprobó que cientos de palestinos, entre ellos familiares de los líderes de Al Fatah, y jóvenes inocentes, fueron encarcelados sin motivos durante un año en un centro de detención israelí, construido en pleno desierto de la península del Sinaí, en condiciones deplorables que dañaron la salud de los detenidos.

Los campos de Abu Zenima y el de Nekhel fueron construidos a orillas del Golfo de Suez y en medio de la península del Sinaí , luego de ser ocupada por Israel en 1967, lugar donde niños, mujeres y hombres, fueron transportados desde la Franja de Gaza por el Ejército israelí y puestos en edificios improvisados en medio del desierto, donde pasaron allí varios tramos de tiempo -a veces incluso meses- en condiciones que la Cruz Roja calificó de “insoportables”.

La investigación se inició tras la liberación de los archivos del Instituto Akevot para la Investigación del Conflicto Israelí-Palestino, así como documentos y fotografías localizados en los archivos de las fuerzas de Ocupación de Israel, del Estado de Israel y de la Cruz Roja, lo cuales proporcionan una historia de los dos campos.

El ministro de Defensa de la época, Moshe Dayan, afirmó que estas detenciones eran parte de un plan de disuasión contra los palestinos. “No es porque hayan proporcionado escondites o hayan ayudado a esconderse a hombres buscados, sino para que otras familias disuadan a sus hijos de unirse a Fatah”, dijo, en referencia al movimiento de liberación palestino fundado en 1959.

Si alguno de los palestinos se unía a Fatah, sus casas eran destruidas, según revelan los documentos desclasificados que dan luz de las políticas usadas hasta el día de hoy por Israel. “Es exactamente como arrasar casas. Destruimos una casa aunque el hombre de Fatah sea sólo un arrendatario y el propietario no sepa nada de ella. Lo que saben en Hebrón, Nablus o Gaza es que si alguien se une a Al Fatah, al final su casa será arrasada. En ese caso, la familia será deportada”, indicó Dayan.

En febrero de 1971, Israel permitió a la Cruz Roja entrar en el campo. Los miembros de la delegación se reunieron con los representantes de las 23 familias que estaban retenidas allí – 140 personas, de las cuales 87 eran niños – todas ellas gazatíes, quienes denunciaron en su informe final que “su única culpa fue tener un padre ‘terrorista’. Pero, ¿acaso un niño de sólo 7 meses, o una anciana de 80 años, entienden la razón de su presencia allí? … El problema más importante es psicológico: los presentes esperaban que su deportación fuera sólo temporal”.

Tras dos visitas más, un funcionario de la Cruz Roja informó que estaba “conmocionado por la falta de piedad de las autoridades militares israelíes” para con estas familias. Dijo que nueve familias habían permanecido en el campo durante varios meses, incluso después de que se determinara que los parientes buscados habían abandonado Gaza y sus casas habían sido arrasadas.

Fuente: Haaretz

Edición: Comunidad Palestina de Chile