Lifta, fue escenario en 1948 de una expulsión masiva de la población palestina por parte de las bandas sionistas, tras la fundación del Estado de Israel.

Las autoridades israelíes anunciaron el pasado mes de mayo la convocatoria a un concurso para ampliar las colonias ilegales que están cercanas a Lifta, luego de que fuera postergada en 2012, cuando la justicia israelí dictaminó, que debía realizarse un estudio detallado de la historia y la arqueología del lugar antes de comenzar las obras de construcción.

Activistas israelíes y palestinos consideran que cualquier nuevo desarrollo urbano borraría la historia de la zona, por lo que se preparan para iniciar una batalla legal con el objetivo de salvar la aldea, que se erige como un recuerdo de las expulsiones de palestinos de Jerusalén Occidental en 1948.   Además, denuncian que lo que se busca es borrar cualquier vestigio del pueblo, en favor de la construcción de nuevos asentamientos exclusivos para colonos.

Un portavoz de la municipalidad del Jerusalén Ocupado fue el primero en activar las alertas. “No hemos sido informados de la publicación de esta licitación y no la hemos aprobado. El alcalde de Jerusalén había pedido a todas las autoridades competentes que reconsideraran el plan de urbanización”, precisó.

Hace cinco años atrás, la autoridad israelí del suelo encargó a la autoridad de antigüedades, un organismo gubernamental independiente, la realización de un estudio completo de la zona, el cual develó que “no puede haber un proyecto nuevo de urbanización de Lifta”.

El arquitecto palestino-británico, Antoine Raffoul, precisó en esa ocasión que “el manantial natural de la aldea se menciona incluso en la Biblia y ya existía un asentamiento en la zona en la Edad de Hierro. Se ha desarrollado a lo largo de miles de años y merece ser preservada. Estamos librando una guerra cultural”, indicó.

Desde 1948 más de 200 edificios han quedado en ruinas. La mayoría de los residentes huyeron a la vecina Jordania o a otras ciudades palestinas de Cisjordania.

“Los habitantes de Lifta solían reunirse cerca del manantial por las tardes, contando historias, bebiendo café, incluso bailando juntos. Compartíamos la felicidad y, cuando uno de los aldeanos moría, también compartíamos la tristeza. La aldea estaba viva”, explica Yacoub Odeh, un ex residente, de 81 años, que nació en Lifta.

Odeh, que vive en un barrio de Jerusalén, explicó que espera que la aldea sea declarada Patrimonio de la Humanidad. La visita varias veces a la semana, subiendo a la colina en su maltrecho automóvil.

En la actualidad el poblado de Lifta conserva sus casas hechas en piedra caliza con cúpulas y ventanas arqueadas, construidas durante los primeros años del Imperio Otomano. Estas se asientan sobre ruinas aún más antiguas que se remontan a la Edad de Hierro, por lo que corren el riesgo de ser demolidas para dar paso a un lujoso complejo de villas, hoteles y tiendas.

Lifta está actualmente en el listado de lugares de la UNESCO para convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Los proyectos en torno a la aldea han dividido incluso a las autoridades israelíes, porque ha sido durante mucho tiempo un destino de excursión para miles de residentes de Jerusalén.

Fuente: El Diario
Edición: Comunidad Palestina de Chile