Los hermanos Arab y Tarzan Nasser estrenan una nueva película que trata del amor a los 60 años y la lucha de los palestinos por llevar una vida digna en un territorio oprimido, hostil y deshumanizado.

En la que es su segunda apuesta cinematográfica, ganadora de la Espiga de Plata en la pasada Seminci, los hermanos Arab y Tarzan Nasser crearon la película “Gaza mon amour”, la cual refleja una historia de resistencia frente a las adversidades protagonizadas por gente común y corriente, en la que se intenta dejar de lado lo político y centrarse en la necesidad de abrazar los sentimientos en medio del caos.

Sin embargo, los gemelos fueron muy enfáticos en decir que no se puede escapar de la política cuando se habla de Gaza. “La imagen que tiene la gente a través de los medios de comunicación es violencia y terrorismo. Nosotros queremos hablar del ciudadano oprimido, y poner el foco en las personas que luchan por llevar una vida digna en ese territorio asediado”, afirmaron los hermanos Nasser.

Si bien en la película no se verbalizan palabras como “ocupación” o “Israel”, no quiere decir que no se encuentren presentes de una manera latente en el desarrollo del film, pues a lo largo se escucha el sonido de las bombas y de los disparos, siempre de fondo y fuera de foco, para que nadie se olvide de lo que está ocurriendo.

El protagonista de “Gaza mon amour”, Issa (Salim Dau) es un pescador de 60 años que ha vivido toda su vida solo y que todas las noches sale en su barco y suelta sus redes, pero con mucho cuidado porque no puede salirse de la zona permitida, apenas 3 millas. Su vida es bastante monótona, hasta que un acontecimiento lo sacude por completo: se enamora de una viuda que trabaja como costurera, Siham (Hiam Abbas).

El encuentro de Issa y Siham fue el punto de arranque para el desarrollo de una historia en que se reivindica al pueblo oprimido por encima de los mensajes políticos, en esta pequeña y melancólica película que se enmarca dentro de un espacio dominado por la violencia.

Canto a la esperanza

Arab y Tarzan y reconocen que hay mucho de ellos en la película. Su principal objetivo era homenajear a sus compatriotas y seres queridos, por eso el personaje de Issa es parecido a su padre, y el de Siham, a su madre. Además, se escucha de fondo a Julio Iglesias con su canción, “Que no se rompa la noche”, para marcar el romanticismo del protagonista.

“Sabemos que Julio Iglesias es un derechista y eso nos molesta”, confiesan. “Pero su música nos conecta con la etapa más feliz de nuestra infancia, cuando Gaza estaba llena de flores y de fresas. Israel se ha encargado de envenenar la tierra para que no quede nada, pero nosotros queríamos recuperar esa idea de Gaza no contaminada por el miedo y el odio”, agregaron los hermanos Nasser.

Para ellos, ‘Gaza mon amour’ es un canto a la esperanza dentro de un entorno profundamente deshumanizado y hostil donde el terror es la tónica habitual. “Es un canto a la libertad de nuestro pueblo, una reivindicación de la gente sencilla que lucha por su dignidad”, dicen los autores. 

Fuente: El Periódico