La demolición de la casa de Montaser Shalabi, involucrado en un tiroteo en que murió un palestino, es parte de una política de castigo colectivo que los israelíes ejercen contra los palestinos, a juicio de los grupos de derechos humanos

 Las fuerzas israelíes demolieron la casa familiar de un palestino estadounidense acusado de estar involucrado en un tiroteo que mató a un israelí e hirió a otros dos en la ocupada Cisjordania en mayo pasado.

Montaser Shalabi fue acusado en un tribunal militar israelí por el ataque cerca de la ciudad de Nablus en el que el estudiante Yehuda Guetta fue asesinado a tiros.

Los intentos legales de la familia Shalabi para detener la demolición de su vivienda no fueron suficientes, por lo cual los militares israelíes procedieron a derrumbar a través de una explosión controlada, la residencia de dos pisos en Turmusayya; una aldea en la que viven muchos palestinos estadounidenses.

Israel dice que tales demoliciones disuaden a posibles agresores palestinos. Sin embargo, los palestinos y los grupos de derechos humanos condenan la política israelí y la califican como un castigo colectivo.

La esposa de Shalabi, Sanaa, que vivía con tres de sus hijos en la casa de Turmus’ayya, dijo que habló con su esposo por teléfono el jueves, quien le comentó que estaba decidido a reconstruir la casa.

“Quieren desmoralizarnos, pero somos firmes. Esta es la situación de todo el pueblo palestino”, dijo.

Después de que la casa fuera destruida, la embajada de Estados Unidos en Jerusalén pidió a “todas las partes que se abstengan de tomar medidas unilaterales que exacerben las tensiones y socaven los esfuerzos para avanzar en una solución negociada de dos Estados”, en el marco de las tensión israelí-palestina.

“Esto ciertamente incluye la demolición punitiva de viviendas palestinas”, dijo un portavoz.

“Como dijimos en numerosas ocasiones, la casa de una familia entera no debe ser demolida por las acciones de una sola persona”, precisó.

Fuente: Al Jaazera