La activista está detenida en una cárcel israelí bajo la figura de “detención administrativa”, sin cargos ni juicio, medida que sólo es aplicada contra los palestinos.

Israel negó la liberación de la líder palestina y miembro del Consejo Nacional Palestino, Khalida Jarrar, para asistir al funeral de su hija Suha, quien fue encontrada muerta en su casa de Ramallah tras sufrir un ataque cardíaco.

Jarrar cumple una condena de dos años en la cárcel israelí de Asharon, tras ser detenida en su casa en Octubre de 2019, y fue junto a otras 50 personas acusada de realizar presuntas acciones en contra de Israel, en su rol como miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina.

Diversas organizaciones de Derechos Humanos, entre ellas Al Haq, institución donde trabajaba Suha Jarrar, junto a los parlamentarios de la Lista Conjunta, Aida Touma Sliman y Osama Saadi, pidieron su liberación por unas horas por razones humanitarias, pero recibieron un no rotundo por parte del ministro de Seguridad Pública israelí, Omer BarLev. “La prisionera está clasificada como prisionera de seguridad y como tal, su petición no cumple los requisitos para ser considerada”, indicó Bar Lev mediante una carta. “En consecuencia, nadie en el servicio penitenciario, incluido el comisario, tiene autoridad para aprobar esta solicitud”, añadió.

El servicio penitenciario permitió a Jarrar hacer una llamada telefónica a sus familiares, medida que fue criticada por Osama Saadi, miembro de la Knesset. “Cuando eres un preso político palestino, la ocupación ‘ilustrada’ te prohíbe el derecho básico de llorar y acompañar a tu hija en su último viaje”, dijo el legislador Saadi. “Como “medida humanitaria excepcional” se le permitirá una llamada telefónica. Esto es vergonzoso y lamentable”, añadió.

Tras conocer la decisión de Israel, los familiares de Jarrar decidieron celebrar el funeral sin ella el día de hoy martes. Aunque la policía palestina sigue examinando las circunstancias de la muerte de Suha, una investigación preliminar determinó que no hubo participación de terceros.

Fuente: Haaretz

Edición: Comunidad Palestina de Chile