El concurso será el próximo 12 de diciembre en la ciudad de Eilat, construida bajo las ruinas del pequeño pueblo pesquero palestino de Umm Al Rashrash, en la costa del Mar Rojo, tras establecerse el estado de Israel.

Diversas voces de la sociedad civil palestina, junto a la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel (BDS) han solicitado que las representantes de los diversos países, que participarán del certamen no asistan y se retiren del concurso Miss Universo “para evitar la complicidad con el régimen de Apartheid de Israel”.

Junto a esta iniciativa se unió la representante Miss Universo Malasia, junto a la de Indonesia, quienes afirmaron que no participaría en el concurso de Eilat, pero no mencionaron nada respecto al boicot, sino que culparon a “la situación de COVID-19 que está empeorando”.

El caso más emblemático de este llamado a no asistir se encuentra Nkosi Zwelivelile “Mandla” Mandela, nieto del líder sudáfricano, Nelson Mandela, quien pidió a Miss Sudáfrica, no ir enfatizando que “boicoteara este evento en protesta por la ocupación y el cruel trato de los palestinos a manos del régimen del apartheid israelí”.

Añadió Mandela que “no hay nada hermoso en la ocupación, la brutalidad y la discriminación institucionalizada contra el pueblo palestino”.

A pesar de que Sudáfrica anunció días atrás el retiro del apoyo a su candidata Lalela Mswane en la competencia, luego de que la joven del país africano rechazó el llamado gubernamental de boicotear el certamen organizado por Israel e insistió en que no dejaría de ir, y no se sumaría a los llamados a boicot.

La disputa se produce después del rechazo de Lalela Mswane, quien recientemente ganó el título de Miss Sudáfrica, para boicotear el concurso internacional de belleza organizado en Territorios Ocupados. La directora ejecutiva de Miss Sudáfrica insistió en que Mswane representará a su país en el certamen de Miss Universo.

Lavado de Imagen de Israel

Israel presenta la organización de eventos como Miss Universo como un fenómeno puramente cultural o de entretenimiento, pero estos eventos siempre han sido un vehículo para encubrir sus crímenes.
Esta vez, el gobierno israelí también está intentando un lavado de cara ecológico, comercializando el concurso como un evento que pondrá “el foco de atención en la cuestión del calentamiento global como parte de una agenda verde que se corresponde con los valores del país anfitrión”.

Fuente: Electronic Intifada

Edición: Comunidad Palestina de Chile