El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, no se retractará de su condena de las incursiones israelíes “más mortíferas” contra la ciudad ocupada de Yenín, en Cisjordania.

Su postura se produjo en respuesta al llamamiento del embajador de la ocupación israelí ante la ONU, Gilad Erdan, la semana pasada, para que se retractara de su condena del uso “excesivo” de la fuerza por parte de la ocupación contra los palestinos.

“No es la primera vez en la historia, sobre todo en la historia reciente, que el Secretario General de las Naciones Unidas hace una declaración que se encontró con la exigencia de algunos Estados miembros de que se retractara, pero no lo hizo”, dijo el portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.

“Guterres se limita a decir lo que piensa”, afirmó Dujarric.

El 7 de julio, Guterres condenó enérgicamente la “violencia israelí” y el uso excesivo de la fuerza por parte de la ocupación israelí en su mayor operación en dos décadas contra el campo de refugiados de Yenín, en la Cisjordania ocupada.

“Condeno enérgicamente todos los actos de violencia contra civiles”, declaró.

El 3 de julio, la ocupación israelí lanzó una operación militar sobre la ciudad y el campo de Yenín, en la que participaron más de 1.200 soldados israelíes, y en la que murieron al menos 12 palestinos, entre ellos cinco niños, y más de 100 resultaron heridos, 20 de ellos de gravedad.

Los ataques obligaron a huir a miles de palestinos y dañaron infraestructuras, casas y edificios de apartamentos.

Según informes, más de 4.000 ciudadanos palestinos huyeron del campo de refugiados de Yenín durante la noche del lunes al martes, tras los mortíferos ataques aéreos israelíes contra el campo.