La operación Plomo Fundido se inició el 27 de diciembre y culminó el 18 de enero de 2019, a solo dos días de que Barack Obama asumiera como presidente de Estados Unidos (EE.UU.)

Se trató de una de las operaciones más sangrientas contra el enclave costero desde 1967, sin embargo, el asedio israelí contra esta nación sigue y acumula cada día nuevas víctimas.

Víctimas y crímenes de guerra

De total de las víctimas, 960 eran civiles muertos, 288 eran menores de 18 años y hubo 5.380, producto de los ataques por aire, mar y tierra.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguró que no había justificación legal para los métodos desproporcionados de guerra usados y que eran violatorios del derecho internacional.

Además, organizaciones defensoras de derechos humanos aseguran que las fuerzas militares de Israel realizaron llamadas telefónicas para sembrar el pánico entre los palestinos y pedirles que abandonaran sus casas cuando las fronteras en Gaza estaban bloqueadas. También intervinieron emisoras de radio y lanzaron folletos para emitir estos mensajes de alarma. 

Asimismo, denuncian que durante la operación Plomo Fundido la población no dejó de sufrir los efectos del bloqueo de la ayuda humanitaria, mientras que decenas de miles de familias estaban atrapadas en sus casas sin reservas de alimentos, agua o combustible. El bloqueo de Israel en el enclave costero se recrudeció durante estas jornadas violentas de forma deliberada, indican los defensores de derechos humanos. 

La economía en Gaza quedó devastada y, según dados de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), en febrero de 2009 solo había funcionando 258 comercios privados, en los que trabajaban alrededor de 1.878 personas.

La oficina precisó que la cifra corresponde a una reducción de 90 por ciento de la actividad comercial en comparación con 2006.

Fuente: Telesur

Edición: Comunidad Palestina de Chile