La plataforma Mobile Verification Toolkit (MVT) te permite verificar si fuiste blanco de esta operación, presente en 47 países donde NSO Group ha logrado vender su programa con la previa aprobación del Ministerio de Defensa de Israel.

La lista es larga. Un total de 50.000 números telefónicos habrían sido intervenidos por el programa espía israeli Pegasus que fue contratado por más de 10 países para espiar a políticos, activistas y periodistas de todo el mundo. La violación de privacidad y de derechos civiles remeció al mundo y ante la incognita de los alcances de este espionaje aparece la plataforma Mobile Verification Toolkit (MVT) que te permitirá verificar si fuiste blanco de esta operación.

La aplicación, desarrollada por la organización Amnistía Técnica, crea una copia de seguridad en todo el teléfono y busca indicadores de compromiso que son utilizados por la compañía israelí creadora del programa NSO. Esto podría incluir nombres de dominio que la empresa utiliza cuando envía Pegasus a través de un mensaje o una llamada, por ejemplo.

Según Amnistía Técnica, es un poco más fácil encontrarlo en iPhones que en Androids, pero de todos modos logra encontrar indicios. Aun así se recomienda antes de utilizar la MVT, ocupar un paquete de software de código abierto Homebrew para instalar libusb -una biblioteca de transferencia de datos- y el lenguaje de programación Python 3. La página de la MVT explica cómo hacerlo.

Una vez en marcha, la MVT identificará cualquier archivo que indique que Pegasus ha estado rastreando tu teléfono.

Rasha Abdul Rahim, director de Amnistía Técnica, advirtió que el conjunto de herramientas no es apto para ser utilizado por novatos, pero el equipo está trabajando para hacerlo más fácil de usar. Ello debido a que a su juicio “esta herramienta requiere algunos conocimientos técnicos, como la comprensión de los fundamentos del análisis forense y el uso de herramientas de línea de comandos”.

¿Cómo se gestó el programa Pegasus y a qué debe su nombre?

Pegaso, en la mitología griega, era el caballo alado de Zeus, el dios del cielo y la tierra. Aunque era indomable, Belerofonte logró dominarlo y lo usó en la batalla contra Quimera, una bestia con varias cabezas que logró aniquilar gracias a la ayuda de Pegaso. Orgulloso de su triunfo, quiso ser un dios y ordenó a Pegaso dirigirse al Olimpo. Zeus, molesto con Belerofonte por su soberbia ambición desmedida u osadía, envió una pequeña avispa que enterró su lanceta en Pegaso. Este corcoveó y botó a Belerofonte, quien fue condenado a vagar por el piso recordando su gloria, tras su libertad, Pegaso cabalgó hacia el infinito donde viviría eternamente con Zeus.

Como el caballo, libertad y velocidad para alcanzarlo todo por el aire pueden ser algunas de las características del software de este mundo tecnologizado creado por la empresa israelí NSO, acusado de meterse en los celulares, saber qué vemos, qué conversamos, qué leemos. Se le responsabiliza de espiar 50 mil móviles en todo el mundo, entre los que se cuentan los aparatos de autoridades, políticos, empresarios y periodistas. Se llama, en un juego de palabras, Pegasus.

Esta potente herramienta de la empresa de tecnología israelí NSO, creada en 2009 por tres amigos israelíes: Niv Carmi, Shalev Hulio y Omri Lavie (de sus nombres de pila deriva la sigla de la empresa), es responsable del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, crítico a la familia real de su país, que fue hallado “descuartizado” en el consulado de Arabia Saudita en Estambul.

Desde Panamá hasta Tailandia hay cerca de 47 países donde NSO ha logrado vender su programa (el contrato con Arabia Saudita fue por 55 millones de dólares). Pero NSO se niega a revelar quiénes son sus clientes. Shalev Hulio, el rostro visible de la compañía, rechaza, además, cualquier vinculación con crímenes o violaciones a los Derechos Humanos. Afirmando que venden el software, pero no lo operan. El gobierno de Israel, por su parte, ha dicho que investigará las acusaciones. Mal que mal, los contratos extranjeros de NSO deben ser aprobados por el Ministerio de Defensa de ese país.

Pero las acusaciones en su contra (también de WhatsApp y Facebook por intervenir sus cuentas), han forzado a NSO, al menos en su sitio web de acceso público, a mostrar un rostro más amable, empleando términos como “políticas de transparencia”, de ética y gobernanza, para dar algo de tranquilidad. Hulio se defiende asegurando que han salvado miles de vidas y que buscan “crear un mundo más seguro”. El problema es que en esta guerra de ciberespionaje, los ciudadanos “de a pie” pueden no sentirse tan seguros cuando la sospecha de que hay un software que todo lo ve y todo lo oye parece mucho más real que el mítico Pegasus.

Fuentes: Middle East Eye / El Mercurio

Edición: Comunidad Palestina de Chile