Nir Barkat considera innecesario que se abra la sede diplomática. “No permitiremos que los consulados se abran como callampas después de la lluvia y dividan de facto la ciudad de Jerusalén. Eso es totalmente inaceptable”, agregó. 

Cuando el popular alcalde de Jerusalén durante dos mandatos entró en la política nacional y se presentó a la Knesset en 2019 con el partido Likud de Benjamin Netanyahu, parecía una apuesta segura. Al fin y al cabo, el partido había gobernado Israel durante una década y parecía dispuesto a ganar la reelección una vez más.

Barkat declaró que tiene la intención de liderar el Likud algún día, sin embargo, aclaró que sólo competirá por el liderazgo del partido cuando Netanyahu se retire de la política.

Sin un papel en la coalición del gobierno de Israel, el ex alcalde de Jerusalén viajó a Estados Unidos a mediados de julio con el fin de presionar a los funcionarios electos del país. Su objetivo era convencerlos de no reabrir un consulado diplomático para los palestinos en el oeste de Jerusalén que el presidente estadounidense Donald Trump cerró en 2019.

El consulado, que ya existía antes de la fundación del Estado de Israel hace más de siete décadas, estuvo activo durante todo el mandato de Barkat como alcalde y no parecía suponer un problema para él en ese momento. Sin embargo, asegura que reabrir el consulado es innecesario, pues cree que enviaría una señal de que los palestinos tienen derecho a la ciudad, la que Israel ha controlado y ocupado durante más de 50 años.

“Servir a los palestinos debe hacerse desde la Autoridad Palestina, no desde Jerusalén”, dijo Barkat a la Agencia Telegráfica Judía. “No permitiremos que los consulados se abran como callampas después de la lluvia y dividan de facto la ciudad de Jerusalén. Eso es totalmente inaceptable”, agregó.

Barkat fue elegido concejal de Jerusalén, y luego alcalde, tras ganar millones en la industria tecnológica israelí como fundador de la empresa de ciberseguridad CheckPoint. Como alcalde durante 10 años a partir de 2008, se centró en atraer a las empresas y la tecnología a la ciudad.

Barkat, al igual que Netanyahu, se opone a la creación de un Estado palestino. Pero no considera que Jerusalén sea un modelo para la relación más amplia entre israelíes y palestinos.

En cambio, propuso que los palestinos acepten la autonomía bajo el control de la seguridad israelí junto con un plan para impulsar el desarrollo económico palestino. Los dirigentes palestinos, así como los palestinos en general, rechazaron rotundamente la idea de permanecer permanentemente bajo control israelí.

“Nunca debemos permitir dos Estados porque es una amenaza para la seguridad que no podemos soportar”, dijo Barkat. “Necesitaremos una solución especial, como ocurre a veces aquí y allá en el mundo, en la que ellos tengan autonomía civil y nosotros el control total de la seguridad”, concluyó.

 

Fuente: Times of Israel

Edición: Comunidad Palestina de Chile