Shadi Omar Lotfi Salim era responsable de la mantención de la red de agua y se convirtió en el séptimo palestino asesinado desde que comenzaron las protestas en Beita,  a causa del asentamiento ilegal de Evyatar.

Las fuerzas israelíes asesinaron a tiros a un palestino identificado como Shadi Omar Lotfi Salim, de 41 años, en la entrada al pueblo de Beita, en la ciudad de Nablus, lugar que se ha convertido en un sitio de protestas por la instalación de un puesto de avanzada por parte de colonos israelíes a la espera de la aprobación del gobierno de Israel para iniciar la construcción de un asentamiento ilegal.

El teniente alcalde de Beita, Mussa Hamayel, afirmó que los soldados israelíes mataron al hombre cuando entraba en el pueblo a su regreso del trabajo. “Lo mataron a sangre fría”, dijo Hamayel, agregando que no hubo protestas en la zona el martes por la noche.

Salim era responsable de la mantención de la red de agua en el municipio del pueblo, y se convirtió en el séptimo palestino asesinado desde que comenzaron las protestas en Beita contra el establecimiento de un asentamiento ilegal.

Por su parte, el Ejército israelí emitió un comunicado en el que afirmaba que mientras realizaban sus tareas rutinarias, los soldados “divisaron a un palestino sospechoso en la zona, al sur de Nablus, con un objeto sospechoso identificado como una barra de hierro en la mano, por lo cual la tropa operó para detener al sospechoso siguiendo los procedimientos estándar, incluyendo disparos de advertencia al aire”.

Según informó la Media Luna Roja Palestina al menos 19 palestinos resultaron heridos por balas de metal recubiertas de goma disparadas por las fuerzas israelíes en Beita, entre ellos un periodista que cubría los ataques israelíes, en protesta por el asesinato del funcionario público. Mientras que 72 palestinos resultaron con asfixia producto de los gases lacrimógenos que les dispararon las fuerzas de ocupación.

Durante varios meses, Beita ha sido escenario de frecuentes disturbios, desde que decenas de familias de colonos israelíes se instalaron en el monte Sabih de la aldea y comenzaron a construir el puesto de avanzada de Evyatar, desafiando la legislación israelí e internacional.

La expropiación de tierras amenaza el sustento de al menos 17 familias palestinas -más de 100 personas- que dependen de la recolección de sus aceitunas en tierras que han poseído durante generaciones.

Tras semanas de protestas de los residentes palestinos de Beita, el gobierno del primer ministro nacionalista israelí Naftali Bennett llegó a un acuerdo con los colonos para que abandonaran el puesto de avanzada de Evyatar.

Además de las rudimentarias viviendas construidas por los colonos, en el puesto de avanzada quedaron una base militar y una escuela religiosa, o yeshiva, las que permanecerán en el lugar hasta que el Ministerio de Defensa israelí determine si el terreno puede considerarse territorio estatal.

El acuerdo fue rechazado por el alcalde de Beita, que afirmó que “los enfrentamientos y las protestas continuarán” mientras cualquier israelí “permanezca en nuestra tierra”.

El número de colonos que viven en asentamientos ilegales de Jerusalén Este ocupado y Cisjordania aumentó a más de 700.000 y su expansión se ha triplicado tras la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993.

Fuentes: WAFA / Al Jazeera

Edición: Comunidad Palestina de Chile