Israel en su continua apropiación cultural del patrimonio palestino, realizó diversas actividades junto a las candidatas a Miss Universo, que se realizará en la ciudad de Eilat, – construida bajo las ruinas de un pueblo palestino destruido en 1948- presentando como propio parte de la gastronomía palestina y sus tradicionales vestimentas hacía el mundo.

Es así como se pudo observar que las representantes de Filipinas, junto a la de Isla Mauricio, ataviadas con el thob palestino, traje típico usado por las abuelas y madres palestinas, enrollaban hojas de parras, en la actividad denominada “Day in the life of a Bedouin” (Un día en la vida de un beduino) y acompañada del hashtag Visit Israel.

Otros ejemplos de apropiación cultural

La apropiación cultural, en cualquier caso, es un tema que levanta asperezas. Pero cuando hablamos de Palestina, la reivindicación de la identidad y de su cultura es cuanto menos necesaria.

En 1948 comenzó la Nakba en la que aproximadamente 700.000 personas fueron expulsadas de sus hogares tras la fundación del estado de Israel. Esta catástrofe, como la llaman los palestinos y palestinas, sigue perpetuándose tras 73 años.

En Palestina cocinar es un acto de resistencia íntimo y pacífico. “La comida es cultura y cuando pierdes eso, pierdes partes de ella. Y cuando tú reclamas esa parte de tu cultura que ha sido apropiada, robada, colonizada, estás resistiendo, no tiene que ser como un bombardeo, pero es un acto de resistencia íntimo. Necesitamos este tipo de resistencia y para mí esto viene desde la cocina”, Mirna Bamieh, artista y cocinera palestina que creó la “Palestine Hosting Society”, una organización que rescata platos de Palestina olvidados para darlos a conocer a nivel internacional.

Un claro ejemplo de la apropiación de la cultura gastronómica palestina es la historia del hummus en Israel, una de las recetas más populares del mundo árabe que, sin embargo, se ha convertido en el plato nacional israelí por excelencia.

En 2021 seguimos siendo testigos de violaciones de los derechos humanos por parte de Israel, un estado ocupante que recientemente ha puesto en jaque a la población palestina de Sheikh Jarrah, Silwan y Beita, localidades de Cisjordania, bajo amenazas de desalojo y desplazamiento forzado.

Actualmente, alrededor de 650.000 israelíes viven en asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania y Jerusalén Este. La ocupación no amenaza solo al territorio palestino, sino también a su cultura y esta amenaza se materializa en aspectos de la identidad cultural palestina como la cocina.

Fuente: ONU / Comunidad Palestina de Chile