La administración de Naftali Bennett busca revertir la decisión del fabricante de helados con un feroz lobby que contempló la visita de la ministra del Interior a la fábrica de helados en  Be’er Tuvia y la acción del embajador de Israel, quien envió cartas a los gobernadores de 35 estados de Estados Unidos, para que condenen la acción de la empresa con sede en Estados Unidos.

Un enérgico rechazo causó en el gobierno de Israel de Naftali Bennett la decisión de Ben & Jerry’s de cancelar la venta de helados en los Territorios Palestinos Ocupados por ser “inconsistente con sus valores”.  La medida tomada por la fábrica de helados con sede en Vermont, Estados Unidos, y de propiedad de la multinacional británica Unilever, fue calificada como “antiisraelí” por el primer ministro israelí, Naftali Bennett, quien además anunció que  “actuará agresivamente” contra compañia por el término de la concesión que expira a finales de 2022.

En la arremetida israelí, el primer paso lo dio la ministra del Interior, Ayelet Shaked, quien visitó la fábrica local de helados en Territorio Palestino Ocupado como muestra de apoyo a los asentamientos ilegales tras el anuncio de la empresa estadounidense.

En ese contexto, Shaked anunció que las autoridades israelíes estaban trabajando para conseguir la ayuda de las comunidades judías y evangélicas, así como de los grupos pro-Israel en Estados Unidos, y así boicotear al fabricante de helados “hasta que cambien su despreciable decisión”.

“Ben & Jerry’s International eligió seguirle el juego a organizaciones terroristas y antisemitas en lugar de ser fiel a su concesionario israelí”, dijo la ministra en la fábrica situada en Be’er Tuvia, una comunidad del sur cerca de la ciudad de Kiryat Malakhi.

“Tenemos un año y medio para cambiar esta decisión antisemita”, añadió Shaked. No obstante, muchos sostienen que el futuro de las ventas de Ben & Jerry’s en todo Israel a partir de 2023 sigue siendo una incógnita.

A las acciones de la ministra del Interior, se sumó el lobby del embajador de Israel en los Estados Unidos y en las Naciones Unidas,Gilad Erdan, quien envió cartas a los gobernadores de los 35 estados norteamericanos que han promulgado leyes contra el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones, solicitando que sancionen a Ben & Jerry’s por su decisión.

“Les pido que consideren la posibilidad de pronunciarse contra la decisión de la empresa y de tomar cualquier otra medida pertinente, incluso en relación con las leyes de su estado y los tratos comerciales entre Ben & Jerry’s”, decía la carta de Erdan, quien dijo haber coordinado la medida con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid.

Entre los estados que han aprobado leyes anti-BDS se encuentran Florida, Illinois, Nueva York, Nueva Jersey, California, Maryland y Texas, pero no Vermont, donde tiene su sede Ben & Jerry’s.

Grupos pro-palestinos celebran 

Los partidarios del BDS consideran que la retirada de los productos de la empresa de helados de las estanterías de los asentamientos es un paso importante para cortar todos los lazos con Israel.

Frente al local de Ben & Jerry’s en Burlington (Vermont), el empresario local Wafic Faour declaró a Canal 13 que, si bien en un principio se sintió molesto por el hecho de que una década de activismo y protestas no hubiera conducido a una ruptura total con Israel, consideraba el anuncio como “un paso positivo y pequeño hacia el boicot total”.

Aunque en un principio le molestó que la empresa no hubiera ido más allá, el empresario palestino-estadounidense cambió de opinión después de ver a los políticos israelíes despotricar contra el boicot a los asentamientos.

 

Fuentes: Al Jaazera/ Times of Israel/ Haaretz

Edición: Comunidad Palestina de Chile