La ocupación israelí desplegará más de 3.200 agentes de policía en la Jerusalén ocupada para preparar la “Marcha de las Banderas” de la extrema derecha israelí prevista para mañana jueves, informaron medios de comunicación israelíes.

Algunos informes del miércoles afirmaban que el ejército israelí también ha desplegado el sistema Cúpula de Hierro en Jerusalén ante el temor de que la resistencia palestina de Gaza lance cohetes durante la marcha.

Las medidas incluyen “la adopción de tecnología, así como agentes de policía abiertos y encubiertos”, añadieron los medios.

El sitio web israelí i24 News informó de que la policía de ocupación anunció su disposición en medio de llamamientos a los palestinos de la Jerusalén ocupada para que izaran las banderas de Palestina en respuesta a la marcha provocadora.

El sitio web israelí Walla News informó anteriormente de que fuentes del estamento de seguridad y militar habían advertido contra declaraciones irresponsables que pudieran incitar a la violencia en respuesta: se refería concretamente a los habituales discursos que asocian la “Marcha de las Banderas” con el “Monte del Templo”.

El informe añadía que el estamento militar y de seguridad teme un ataque de una salva de cohetes, especialmente tras la reciente escalada.

The Times of Israel también informó de que la policía israelí está en alerta máxima para hacer frente a cualquier represalia e incluso al lanzamiento de cohetes durante la próxima “Marcha de las Banderas”.

La ultranacionalista “Marcha de las Banderas” lleva años celebrándose para conmemorar la toma de Jerusalén Este por Israel en 1967. La ocupación israelí estableció el “Día de Jerusalén” en 1968, un año después de ocupar la ciudad palestina, para celebrar su conquista.

El desfile de 2021 tuvo lugar en medio de un aumento de las tensiones en la ciudad, lo que allanó el camino para que “Israel” lanzara un devastador ataque militar contra la Franja de Gaza, cuyo nombre en clave era “Guardián de los Muros”.

El ataque de mayo de 2021 dejó 256 palestinos muertos y miles de heridos, además de dañar más de 50.000 viviendas y destruir infraestructuras clave.