“Ser testigos audaces de la gracia transformadora de Dios en Cristo Jesús para todo el pueblo de Dios, tanto en palabras como en obras”: este es el deseo que los patriarcas y líderes de las Iglesias en Jerusalén dirigen a los fieles en la ocasión de la Pascua.

En un mensaje difundido hoy, los líderes cristianos subrayan la urgencia de este testimonio “ante los efectos persistentes de la pandemia, el repentino estallido de violencia y guerras y el aumento de la injusticia y la opresión en el mundo”.

“Por lo tanto, es esencial –agregan- que nuestra celebración de Pascua no sea simplemente la recreación de un día único, aunque trascendental, en la historia. También debe ser un momento para que nos volvamos a dedicar a la llamada de Cristo para transmitir el Fuego Santo de la gracia divina de Dios a los que están necesitados de esperanza, lejos y cerca”.

Texto del mensaje
“Nosotros, Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén, enviamos nuestros felices saludos pascuales desde Jerusalén, la Ciudad Santa de la Resurrección, a nuestras congregaciones locales y a los fieles cristianos de todo el mundo. Como dijo el ángel a las mujeres que habían ido a la tumba de Cristo a llorarlo: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¡Él no está aquí, resucitó!”

En su vida terrena, Jesús proclamó a los que le rodeaban: “Yo he venido para que los hombres tengan vida y la tengan en abundancia”. A través de su sufrimiento, muerte y resurrección, Cristo hizo posible este anuncio rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, abriendo así a todos los que vienen a él en la fe una forma de vida nueva y espiritualmente rica. Como afirmaría más tarde el apóstol Pablo, “como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros debemos andar en una nueva vida”.

Fuente: Fides