Para muchos palestinos amantes de la lectura, la reapertura de la librería Samir Mansour en la ciudad de Gaza, destruida durante el pasado mayo de 2021, cuando fue bombardeada por las fuerzas de Ocupación, es como el regreso a su hogar, donde pueden perderse en un libro y escapar de las penurias de la vida.

Como hombre que “ha trabajado con libros toda su vida”, Samir Mansour ha gestionado la librería durante más de 20 años antes de que fuera reducida a escombros.

Con la idea de “preservar la cultura palestina para las generaciones futuras”, Mansour decidió reconstruir su librería con una campaña, en la que ha recibido donaciones de cientos de miles de libros y dinero.

Tras unos nueve meses de preparativos, la librería Samir Mansour ha vuelto a abrir sus puertas y los lectores pueden volver a pasar horas felices hojeando libros en ella.

“40 años de mi vida fueron destruidos en un segundo”, dijo Mansour mientras apretaba con fuerza su cigarrillo. “Hay 100.000 libros enterrados bajo esta montaña de hormigón”, añadió. “¿Y para qué? No sólo mi biblioteca no tiene nada que ver con ningún partido o grupo político, sino que yo mismo no tengo ninguna afiliación personal con ningún partido o grupo”.

La nueva librería Samir Mansour se levanta a metros del emplazamiento original. Con una superficie de 1.000 metros cuadrados, el edificio de dos plantas tiene un volumen cuatro veces superior al del antiguo edificio. Cuenta con 400.000 libros sobre temas como la cultura, la educación, el ocio, la religión y los asuntos jurídicos. Están repartidos en tres tiendas: una para niños, otra para ficción y otra para libros en inglés.

La librería sirvió durante muchos años como fuente intelectual principal para autores, investigadores y estudiantes palestinos. Antes de la destrucción de la biblioteca, un lector podía encontrar una lista interminable de libros, ya fueran libros académicos, volúmenes religiosos o un gran número de obras internacionales traducidas: literatura rusa, novelas inglesas o autores sudamericanos.

CAMPAÑA INTERNACIONAL LOGRÓ RECAUDAR EL DINERO PARA SU RECONSTRUCCIÓN

Samir Mansour, dijo que una operación de recaudación de fondos realizada por un grupo británico llamado 3DC trajo donaciones de todo el mundo, a las que él ha añadido la compra de más libros para vender.

Afirmó que hasta el momento se habían donado 50.000 libros, pero que introducirlos en Gaza para superar a las autoridades israelíes había sido un proceso extremadamente arduo.

“Debido al bloqueo, los libros tardan un mes en llegar a Gaza, en lugar de una semana, y esto nos cuesta más”, indicó Mansour.

“El idioma de los libros que se donan es el inglés. Hay algunos tipos de libros que necesitábamos y lograron enviárnoslos, como las novelas de Harry Potter”.

La campaña fue organizada por los abogados de Derechos Humanos Mahvish Rukhsana y Clive Stafford Smith lideraron la campaña, pero no pudieron acudir a la reapertura debido al bloqueo que impone Israel a la Franja Gaza, por aire, mar y tierra.

“El bloqueo y las restricciones fronterizas lo hicieron difícil. Sin embargo, esta nueva y hermosa biblioteca y los libros son un testimonio de que nuestros amigos de Gaza nunca están solos”, dijeron ambos en un comunicado.


“Cuando los aviones de guerra israelíes bombardearon esta librería fue un nuevo ataque al acceso de la comunidad al conocimiento. Esta campaña fue un gesto de solidaridad, un intento de restaurar la dignidad y el derecho fundamental a los libros”, declaró Rukhsana.

La pérdida de la tienda no fue sólo una tragedia para los amantes de los libros y para Mansour. También servía de editor y distribuidor de obras de escritores palestinos.

La novelista Noor Abu Shaban, de 31 años, recorrió las estanterías de la reluciente tienda hasta que encontró su libro, Dream Wings, publicado por la empresa de Mansour. “Estoy feliz de ver mi libro de nuevo en las estanterías de la librería”, dijo Abu Shaban. “Mi libro se publicó hace un año, y estaba dentro de la anterior librería que fue destruida”.

A principios de la década de 1980, Mansour sólo tenía 15 años cuando asumió su primer trabajo, ayudando a su padre en la librería. En el año 2000, desarrolló el proyecto de su padre creando una editorial, que más tarde se convirtió en un punto de venta esencial para los autores y educadores palestinos, especialmente tras el hermético bloqueo de la Franja de Gaza en 2006. En la librería se podían adquirir desde textos escolares hasta el Corán y traducciones al árabe de clásicos de la literatura europea.

Mansour, que se negó a pedir ninguna indemnización tras la destrucción de la librería, dijo que estaba dispuesto a publicar a cualquier escritor de Gaza. “Estaba destrozado cuando la tienda fue destruida y nuestros amigos y seres queridos me han levantado la moral. Pero hoy he vuelto a nacer, hoy es un nuevo cumpleaños para mí”, dijo.