Más de 350.000 palestinos y descendientes de palestinos viven en Chile, donde incluso tienen su propio club de fútbol. Décadas después de la llegada de las primeras familias, los palestinos en Chile han alcanzado el éxito en los negocios y la política, y siguen prestando atención a la situación en los territorios palestinos ocupados.

Estamos en el Club Palestino de Santiago, en un barrio de lujo cerca de la Cordillera de los Andes. Un edificio de piedra con grandes ventanales, rodeado de numerosos campos deportivos.

En la entrada se puede leer “bienvenido” en árabe. A continuación, Maurice Khamis, presidente de la Comunidad Palestina de Chile, nos recibe en una gran sala de reuniones de madera, decorada -entre otras cosas- con fotos de Yasser Arafat, y varios mapas de Palestina, con las fronteras anteriores a la creación del Estado de Israel. “El punto álgido de la migración tuvo lugar entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y especialmente después del plan de partición de Palestina de la ONU. Una catástrofe para nosotros los palestinos. Se dice que los primeros en llegar aquí vendían de puerta en puerta con una pequeña maleta que llevaban consigo”, dice Maurice Khamis.

Continúa la movilización por los territorios palestinos

En la actualidad, se cree que entre 350.000 y 500.000 chilenos son de origen palestino, según las estimaciones, ya que no existe una cifra oficial. Casi todos proceden de la gobernación de Belén y son cristianos ortodoxos. Carolina Pichara acaba de salir de la catedral de San Jorge, en el barrio comercial del Patronato de Santiago: “Desde que mi madre vino de Palestina, todos somos ortodoxos: mis hermanos, mis primos, mis tíos… Casi todos venimos aquí para la misa, las bodas y los funerales. Aquí es donde nos encontramos”, explica.

Los descendientes de palestinos tienen su propio club de fútbol, el Palestino, y están presentes en todos los sectores económicos, pero también en la política. Algunos son, por ejemplo, antiguos ministros, senadores o incluso vicepresidentes de la Asamblea Constituyente. Y todos ellos siguen movilizándose regularmente por el país de sus antepasados, por ejemplo durante la última guerra en los Territorios Palestinos, el pasado mes de mayo.

Vivir en un país en paz con su propia gente

En 2008, a petición de la comunidad palestina en Chile, y a través de un programa de las Naciones Unidas y la ONG católica Cáritas, el país recibió a 130 refugiados palestinos. Entre ellos estaba toda la familia de Nadda Hamlawi, de 24 años. Ahora vive en la ciudad costera de Viña del Mar, a 100 km de Santiago.

Nací en Irak, pero soy de origen palestino. Cuando Estados Unidos invadió Irak, vivimos en tiendas de campaña durante dos años. Luego nos dijeron que en Chile había migrantes palestinos. Y cuando vimos que era un país pacífico, aceptamos inmediatamente, porque queríamos salir de los campos de refugiados.

Su familia, musulmana de Ramallah, ha abierto desde entonces un restaurante de shawarma, y Nadda elabora y vende pasteles orientales, muy populares entre los chilenos.

Fuente: RFI